A aquel duelo del 26 de febrero concurrieron 57.335 hinchas, de los cuales 3 mil fueron del conjunto italiano, país que en ese momento ya tenía 12 fallecidos por la pandemia y más de 400 infectados. A su vez, el argentino Paulo Dybala, luego contagiado de COVID-19, jugó para la visita.
"Exactamente dos semanas después hubo una explosión de casos en el Ródano", aseguró el médico francés Marcel Garrigou-Grandchamp, en referencia a la región donde se disputó el cruce.
En Francia, donde el primer caso ocurrió a fines de enero, ya hay 64 mil casos positivos y más de 7.600 fallecidos.