El nivel global del mar alcanzó un nuevo máximo el año pasado, desde el inicio de la medición altimétrica por satélite en 1993, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La Argentina se encuentra entre los países que con territorios costeros que podrían sufrir consecuencias por la subida del nivel del mar. Una de esas zonas pertenece a la Ciudad de Buenos Aires y también al Conurbano (con 40 municipios involucrados) que forman el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Se estima que 1 de cada 10 habitantes del planeta viven cerca del mar. “Los habitantes de las zonas costeras de países densamente poblados como Bangladesh, China, India, Países Bajos y Pakistán estarán en peligro y podrían sufrir inundaciones catastróficas. También corren peligro las grandes ciudades costeras de todos los continentes, como Bangkok, Buenos Aires, Lagos, Londres, Bombay, Nueva York y Shanghai”, señaló la ONU.
El agua ganaría terreno
Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano (con 40 municipios) forman el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y ya están dentro del ranking de los 20 grandes centros urbanos del mundo con riesgo de sufrir inundaciones por si ocurriera un calentamiento de 3 grados en la temperatura promedio del planeta Tierra en el futuro, según un estudio de científicos de Climate Central de los Estados Unidos. En ese ranking, también figuran las ciudades de Nueva York, Estados Unidos, y Tokio, Japón.
Aun cuando la temperatura global aumente 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, alrededor de 1,1 millón de habitantes de Buenos Aires (aproximadamente el 9% de la población del AMBA, según datos de población de 2010) vive en tierras que se prevé quedarán por debajo del nivel del mar, según había informado a Infobae, Benjamin Strauss, director general y científico jefe de Climate Central, que publicó une estudio en 2021 en la revista Environmental Research Letters y elaboró visualizaciones con probables escenarios futuros.
Si se cumpliera esa proyección, el agua del Río de la Plata podría avanzar sobre zonas costeras de Capital Federal (partes de Palermo, Belgrano, Núñez, Puerto Madero y la Reserva Ecológica Costanera Sur) y zonas que van desde el partido de Berazategui hasta Avellaneda podrían inundarse.
Entre Ríos y el avance de los ríos
Asimismo, “si las temperaturas aumentaran 3 grados, el nivel del mar se elevaría por encima de las tierras que ahora albergan a 2,4 millones de residentes”, agregó.
En tanto, otras zonas del país serían afectadas. Si la temperatura global aumenta 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, el agua podría subir en el este de la provincia de Santa Fe y en el oeste de la provincia de Entre Ríos (desde la capital Santa Fe y la ciudad de Paraná hacia el sur). Alcanzaría a islas situadas en el Río Paraná.
Por el lado del Río Uruguay, algunas ciudades son más vulnerables, como Colón, Concepción del Uruguay, y la zona de islas de la desembocadura, especialmente si la temperatura alcanza los 4 grados.
También podrían inundarse zonas en el sector que va desde el partido de Magdalena hacia el sur, y alcanzaría a Mar de las Pampas y Mar Chiquita, en la provincia de Buenos Aires. Ese avance incluiría a localidades como Castelli y Dolores, entre otras, si la temperatura aumentara hasta 4 grados.
Provincia de Buenos Aires
En tanto, si la temperatura se incrementa solo 1,5 grados, islas que están frente a Bahía Blanca, en Buenos Aires, podrían ser afectadas. En cambio, si llegara 4 grados, zonas que van desde la ciudad de Necochea hasta bien al sur de la provincia de Buenos Aires, en Carmen de Patagones, podrían inundarse.
La provincia de Río Negro podría enfrentar inundaciones en zonas como Bahía Creek y San Antonio Oeste, que están en la costa atlántica, si la temperatura alcanzara los 4 grados.
Son proyecciones
Consultada por Infobae, la climatóloga Inés Camilloni, investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet en Argentina, aclaró que los resultados son proyecciones de un estudio publicado en 2021.
“No se lo puede considerar un pronóstico, sino una proyección. Es por esto que será tan importante el reporte especial sobre Cambio Climático y Ciudades que está preparando el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), ya que tendrá información actualizada”, dijo. Camilloni, quien fue elegida vicepresidenta del Grupo de Trabajo I del IPCC el año pasado.
Por qué preocupa la suba del nivel del mar
Recientemente, el Secretario General de la ONU, António Guterres, visitó las naciones del Océano Pacífico, Tonga y Samoa, donde se ha reunido con las comunidades locales a intercambiar datos acerca del aumento del nivel del mar.
El 25 de septiembre próximo, líderes mundiales y expertos se encontrará en la sede de la ONU en Nueva York para debatir la mejor manera de hacer frente a esta amenaza.
Se calcula que los océanos han subido entre 20 y 23 centímetros desde 1880 hasta ahora. Y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que en 2023 el nivel medio del mar en todo el mundo alcanzó un máximo histórico.
Lo más preocupante es que la tasa de incremento de los últimos diez años es más del doble de la tasa durante la primera década del registro por satélite, de 1993 a 2002.
¿Cuáles son las causas del aumento del nivel del mar?
El incremento del nivel del mar es el resultado del calentamiento de los océanos y del deshielo de glaciares y capas de hielo. Esos fenómenos son resultados directos del cambio climático, que es inducido por actividades humanas.
Se sabe, según Naciones Unidas, que si el calentamiento global se limita a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales para fin de siglo, el objetivo que se fijaron los países de todo el mundo como parte del Acuerdo de París de 2015, el planeta experimentará un aumento considerable del nivel del mar.
Las inundaciones de agua salada pueden dañar los hábitats costeros, incluidos los arrecifes de coral y las poblaciones de peces, las tierras agrícolas, así como las infraestructuras, incluidas las viviendas, y pueden afectar la capacidad de las comunidades costeras para mantener sus medios de vida.
Además, pueden contaminar los suministros de agua dulce, fomentar enfermedades transmitidas por el agua que amenazan la salud de las personas y provocar estrés y problemas de salud mental. Fuente: (Infobae)