El gobierno instó a los franceses a hacer un esfuerzo para frenar la propagación del virus, después de que las autoridades de salud informaron el sábado de 14.000 nuevas infecciones. Nuevas restricciones fueron impuestas en Marsella, donde los dueños de locales han amenazado con incumplir el cierre
Los hospitales en las regiones de París y Marsella están retrasando algunas operaciones programadas para liberar espacio para los pacientes con COVID-19 mientras el gobierno francés intenta detener una marea creciente de infecciones por coronavirus, dijo el domingo el ministro de Salud.
Mientras los restaurantes y bares de Marsella se preparaban para cerrar el domingo por la noche durante una semana como parte de las nuevas restricciones ante un posible rebote en los casos de coronavirus, el ministro de Salud, Olivier Veran, insistió en que el país no planea nuevos cierres.
Dos economistas ganadores del Premio Nobel propusieron en el periódico Le Monde este fin de semana poner a la población de Francia bajo cuarentena en las primeras tres semanas de diciembre para permitir que las familias se reúnan de manera segura para las vacaciones de fin de año y "salvar la Navidad".
En respuesta, Veran dijo en la televisión LCI que "no queremos volver a confinar el país. Varios países de nuestro entorno tomaron otras decisiones. No queremos esto".
El ministro instó a los franceses a hacer un esfuerzo para frenar la propagación del virus, después de que las autoridades de salud informaron el sábado de 14.000 nuevas infecciones. Francia ha informado de 31.700 muertes relacionadas con el virus, la tercera cifra más alta en Europa después de Gran Bretaña e Italia.
Si bien al menos el 10% de las camas de cuidados intensivos franceses ahora están ocupadas por pacientes con COVID-19, Veran dijo que están lejos de la saturación.
Aún así, dijo que los hospitales en las regiones de París y Marsella están retrasando las cirugías programadas para liberar espacio.
<h5>Resistencia en Marsella</h5>
Los propietarios de restaurantes y bares de Marsella y los funcionarios locales han protestado contra la orden de cierre. El gobierno está imponiendo restricciones más leves en París y varias otras ciudades.
El ministro de Sanidad trató este domingo de calmar los ánimos, en respuesta a dueños de bares y restaurantes de Marsella que han amenazado con incumplir el cierre administrativo de sus locales a partir de esta medianoche y durante un periodo probable de quince días para frenar la propagación de la epidemia.
"No les hacemos responsables de la situación", subrayó en una entrevista al canal de televisión "LCI" Véran, que a continuación justificó la clausura de esos locales en el área metropolitana que forman las ciudades de Marsella y Aix en Provence, que han sido declaradas en "alerta máxima" junto a la isla de Guadalupe, en el Caribe por la elevada incidencia de positivos.
Explicó que con las cifras de seguimiento de la epidemia, ser cliente de bares y restaurantes entraña un riesgo de contagio entre cuatro y cinco veces superior, se refirió a escenas durante este verano de 200 ó 300 personas concentradas en un bar e insistió en que "no queremos volver a confinar el país".
El presidente de la patronal de la hostelería UMIH en Bocas del Ródano, Bernard Marty, desaconsejó a sus socios incumplir la clausura porque "no queremos que se expongan" a sanciones.
En paralelo, en declaraciones este domingo a la emisora "France Info", Marty prometió "acciones jurídicas y físicas" contra el decreto porque "el dictado de Véran no es aceptable".
La "número tres" del Ayuntamiento de Marsella, la izquierdista Samia Ghali, que es alcaldesa de dos distritos de la ciudad, fue más lejos en su cuenta de Twitter.
Avanzó que no solo replicarán ante el Tribunal de Comercio las "decisiones injustificadas y unilaterales del Gobierno", sino que el Ayuntamiento no colaborará para hacer cumplir los cierres con los agentes municipales.
El presidente de la región, el ex ministro conservador Renaud Muselier, ha formalizado por su parte un recurso judicial por el procedimiento de urgencia por considerar que el cierre de bares y restaurantes es una "restricción desproporcionada de la libertad de empresa".
En una posición totalmente diferente, el presidente del Colegio de Médicos de Francia, Patrick Bouet, lanzó una advertencia del peligro de que la epidemia se desboque de nuevo como en primavera.
En una entrevista publicada este domingo por "Le Journal du Dimanche", Bouet indicó que Véran el miércoles no fue "suficientemente lejos" con su nueva vuelta de tuerca.
A su parecer, el ministro "no dijo que si nada cambia en tres a cuatro semanas Francia tendrá que afrontar durante largos meses de otoño y de invierno una epidemia generalizada en todo su territorio sin retaguardia de la que sacar refuerzos humanos, con un sistema sanitario incapaz de responder a todas las solicitaciones".