La K-League de Corea del Sur disputó este fin de semana pasado su segunda jornada que dejó un dato que llamó la atención de todo el mundo: mientras en la vuelta del fútbol alemán se pudieron apreciar recortes de cartón con imágenes de los hinchas de los diferentes equipos para reemplazarlos en las tribunas, el uso de la megafonía para darle ambiente y aliento a los futbolistas y el uso de las camisetas de los hinchas para crear una falsa sensación de presencia en los estadios desiertos como consecuencia de las medidas sanitarias dispuestas por el Ministerio de Salud alemán, algunos clubes coreanos redoblaron su imaginación, pero con una polémica idea.
Tal como sucedió en la victoria por 1 a 0 de Seúl FC ante Gwangju en donde los dirigentes del club local no tuvieron mejor idea que exhibir muñecas inflables en los asientos que sostenían mensajes de aliento para sus jugadores en sus manos. Lejos de parecer gracioso, a modo de hinchas, las imágenes causaron tal revuelo que las autoridades de la liga profesional coreana decidieron sancionar con una millonaria multa de 100 millones de wones (72.000 euros/ 82.000 dólares) al club por "causar un grave daño a la imagen y la integridad de la competición y por ofender a los espectadores", según dio a conocer la entidad a través de un comunicado que hizo llegar a todos los medios coreanos.
El club, en su disculpa, explicó que todo se debió a un malentendido con el proveedor, ya que su intención era la de que creasen "falsos aficionados" a tamaño real. En cambio, la empresa a la que recurrieron para hacerles el original pedido, por error, les envió muñecas sexuales, que es a lo que principalmente se dedican.