A las 19 (21 de Argentina) el pontífice llegó en auto particular a uno de los ingresos de la sede del gobierno donde lo estaba esperando el mandatario, juntos caminaron por una escalinata hasta uno de los balcones, decorados en sus barandillas con banderas del Vaticano y de Ecuador, y saludaron a los fieles que se movilizaron hasta la Plaza Grande.
Ambos jefes de Estado se dirigieron luego a las plazoletas internas del Palacio, en el que había arreglos florales con más de 100.000 rosas, siempre con el fondo de la música en vivo de una pequeña orquesta que interpretó algunos himnos católicos.
La reunión privada duró cerca 50 minutos y al finalizar ambos salieron a otro balcón a saludar a los quiteños e hicieron lo propio con funcionarios, autoridades, militares y líderes religiosos, siempre en un clima distendido de bromas y sonrisas.
El pontífice le regaló a Correa un cuadro en mosaico de la Virgen con el Niño, reproducción de la imagen venerada en la Capilla del Santísimo Sacramento en la Basílica de San Pablo extramuros del Vaticano.
La obra, realizada al inicio del siglo XIII, muestra la imagen de la Virgen que sostiene a su hijo sobre el brazo izquierdo y está plasmada en un fondo de oro revestida por un manto azul oscuro.
La reproducción fue realizada en el Estudio del Mosaico Vaticano en 2014 con esmaltes polícromos que "confieren a la representación intensidad en los colores y la proporción de las figuras resultando una imagen visualmente clara y armoniosa", indicó la oficina de prensa de la Santa Sede a los periodistas acreditados en Quito.
El encuentro entre el Santo Padre y Correa ocurrió en momentos en el que Ecuador está conmocionado políticamente con sectores vinculados a la oposición que se movilizaron la semana pasada contra las iniciativas de crear un nuevo impuesto a la herencia y otro a la plusvalía, y grupos oficiales que contramarcharon para denunciar un intento de Golpe de Estado.
Tras la cita, Francisco hizo un último saludo a los fieles que vitorearon su nombre y se trasladó 50 metros hasta la Catedral de la capital ecuatoriana, donde resaltará la labor comunitaria y el esfuerzo para ayudar a los más necesitados, según adelantaron fuentes de prensa del Vaticano.