Brasil, el segundo país del mundo con más casos confirmados de COVID-19, alcanzó los 363.211 contagios al registrar 15.813 nuevas infecciones en las últimas 24 horas, de acuerdo al último balance divulgado por el Ministerio de Salud.
El número de muertes, en tanto, también avanza. En la última jornada fueron reportadas 653 nuevas víctimas, por lo que en total 22.666 personas han perdido la vida por la pandemia en el país sudamericano.
Brasil, que en la última semana ha reportado 17.500 casos diarios, en promedio, ya superó a Rusia, que se ubica en el tercer lugar de la lista de países con más infectados de COVID-19, con poco más de 344.000 y que este domingo registró la menor cifra de contagios desde el 1 de mayo, con 8.599 casos en las últimas 24 horas. Según datos de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos sigue la nación más afectada por la pandemia, con más de 1,6 millones de casos.
San Pablo, el estado más rico y poblado de de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, continúa como el epicentro de la pandemia en el país, al registrar 6.163 óbitos y 82.161 casos confirmados. Río de Janeiro, que bordea las 4.000 muertes por el COVID-19, ya suma 37.912 infectados y con el sistema de salud colapsado, volvió a ubicarse como la segunda región que concentra más casos en Brasil. Le sigue el estado de Ceará, en el empobrecido nordeste del país, con 35.595 contagios y 2.324 muertes, unos números alarmantes para su población, estimada en unos nueve millones de personas.
Amazonas, otra de las regiones más azotadas por la pandemia en Brasil, registró 29.867 casos y 1.758 óbitos. Allí, el primer estado del país en colapsar por el coronavirus, comienzan a bajar las cifras en la región urbana pero las de las poblaciones indígenas prenden alarmas.
De acuerdo con el último reporte de la Secretaría de Salud Indígena, en esa región del país se registran 452 de los 760 casos confirmados en indígenas de todo el país. Eso significa que el 60% de los nativos brasileños afectados por el COVID-19 se ubican en el estado de Amazonas, que tiene en total 27 grupos étnicos y 236 aldeas que son atendidas tan solo por un centro de salud indígena y las únicas unidades de terapia intensiva (UTI) están en la capital, Manaos, distante a cientos de kilómetros de sus poblaciones.
Entre los casos registrados en la población indígena del Amazonas, la situación más alarmante está en el alto del río Solimões, donde se han reportado 282 contagios y 18 muertes.
En este contexto, mientras en Brasil los muertos pasaban de 22.000, el presidente Jair Bolsonaro volvió a retar al COVID-19 al participar en una manifestación de seguidores, en la que se mezcló entre la multitud ignorando de nuevo las recomendaciones para evitar ser contagiado por el virus.
El mandatario, que desde el inicio de la pandemia le ha restado importancia considerándola apenas como una "gripita", se mezcló entre la multitud sin mascarilla, desobedeciendo las órdenes de las autoridades que hacen obligatorio su uso para evitar el contagio del COVID-19.
Casi sin poder moverse entre la aglomeración, Bolsonaro saludó a varios de los seguidores y hasta abrazó y cargó niños en sus brazos.
El jefe de Estado se mostró feliz con el apoyo de sus seguidores en momentos en que su credibilidad está en la cuerda floja por una serie de declaraciones que han salido a la luz pública en medio de una investigación que se adelanta por sus presuntas intervenciones políticas en la Policía Federal, un organismo autónomo del Estado brasileño.