Cinco horas estuvo el hermano mayor de Loan Peña en la fiscalía de Goya, Corrientes. Con su declaración testimonial, la Justicia Federal completó la etapa básica de una investigación al registrar las palabras del círculo más íntimo del desaparecido niño de cinco años. Sin embargo, el rastro del chico se perdió el 13 del actual y desde entonces la causa tuvo un trámite inicial en la Justicia provincial, con rastrillajes sin resultados y un teoría delictiva de trata que derivó en seis arrestos, hasta que llegó a manos federales. Y todo empezó de nuevo. Con presencia dominante de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura. Incluso se analizaron otra vez la foto del almuerzo en la casa de la abuela Catalina y apareció una imagen de la caminata al naranjal, momento desde el que ya no se sabe más del menor.
Esa fotografía por si misma no expone demasiado, ya solo confiando en los testimonios puede señalarse a Loan como uno de los chicos en esa foto. Pero para los investigadores federales cada dato es nuevo, ya que lo hecho hasta ahora será revisado y duplicado con nuevas medidas de prueba. Y en ese aspecto, una de las claves parece enfocarse en el análisis de los celulares incautados a quienes participaron de esa comida -cinco de ellos detenidos, el restante arrestado es el comisario Walter Maciel, por el supuesto encubrimiento- y a los teléfonos móviles incautados en allanamientos en las viviendas de la familia de Loan.
Los aparatos telefónicos fueron enviados a Buenos Aires para que sean sometidos a un peritaje que podría ser clave para el avance de la causa. Así lo informaron fuentes con acceso al expediente a La Nación. Entre los móviles que serán analizados por especialistas de la División Pericias Telefónicas de la Policía Federal Argentina (PFA) se encuentran los siete aparatos secuestrados en las casas de Catalina Peña y de su hija Laudelina, abuela y tía del niño, respectivamente.
La apertura de los teléfonos celulares se hará por medio de lo que se denomina Universal Forensic Extraction Device (UFED) Premium, un soporte tecnológico que permite recuperar, por ejemplo, los mensajes de WhatsApp borrados.
“Se autorizó a que los resultados se obtengan por duplicado para que la segunda copia sea enviada al Centro de Investigaciones del Ciberdelito de Alta Tecnología (Cicat), dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación, para vincular y relacionar toda la información que se obtenga de los teléfonos secuestrados, debiendo respetar la cadena de custodia y los protocolos sobre evidencia forense digital”, informaron las fuentes consultadas.
Son por lo menos 12 los celulares que serán sometidos al peritaje de los especialistas de la PFA, según pudo saber La Nación. La intención de los investigadores es reconstruir las llamadas entrantes y salientes de todos los comensales del almuerzo que el jueves 13 de este mes se hizo en la casa de la abuela de Loan. El niño desapareció poco después de comer.
La investigación está delegada ahora en el fiscal general de Goya, Mariano de Guzmán; y sus colegas Marcelo Colombo y Alejandra Mángano, funcionarios a cargo de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). En el expediente interviene la jueza federal Cristina Elizabeth Pozzer Penzo.
“Debemos señalar que, de las constancias oportunamente acompañadas, habían surgido indicadores que daban cuenta de la necesidad de agotar ciertas vías probatorias y adoptar aquellas medidas que permitan descartar la mayor cantidad de hipótesis criminales posibles. En esa línea, y más allá de la falta de determinación de una concreta hipótesis delictiva federal en el caso, de lo expresado por la jurisdicción declinante resulta innegable que, en el marco de la investigación llevada a cabo, han cobrado fuerza hipótesis relacionadas con la criminalidad organizada, de resorte claramente federal, vinculadas con la búsqueda del paradero de Loan Peña”, sostuvieron los fiscales federales en el dictamen donde aceptaron la competencia del caso.
Por el momento, la causa tiene seis detenidos, y se investiga como un caso de trata de personas bajo la hipótesis de que Loan fue capturado con fines de explotación. Pero los investigadores no descartan ninguna hipótesis.
Esa revisión de celulares tiene vital importancia para los investigadores, ya que el análisis de movimiento de esos aparatos ya entregó algunos datos interesantes para la pesquisa. En el primer barrido de las antenas de telefonía celular en la zona de Nueve de Julio, se estableció que uno de los teléfonos usados por el capitán de navío retirado Carlos Guido Pérez y su esposa, María Victoria Caillava (dos de los detenidos), impactó en la antena que aporta el servicio en el campo de la exfuncionaria municipal.
Este hecho contradice las declaraciones de los acusados, quienes habían manifestado que se habían dirigido a su casa de Nueve de Julio. Sin embargo, al revisar la información contenida por la base de datos de la antena de telefonía celular situada en uno de los caminos que conducen al campo que el matrimonio posee, en la zona rural, se determinó que el teléfono de Caillava impactó en la mencionada antena.