El Hospital San Vicente de Paul, de la localidad salteña de Orán, está viviendo una situación límite: no tienen camas, respiradores, insumos ni médicos suficientes para atender la demanda de pacientes, que se incrementó tras un brote de coronavirus en la región.
Ramona Riquelme, enfermera de terapia intensiva y de emergencias, y dirigente adjunta de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), reveló la desesperante realidad que deben sobrellevar cada día. "El supermercado de enfrente del hospital se está haciendo rico porque la gente compra los sillones para que los pacientes puedan estar en postura semisentados, ya que nosotros no tenemos camas", admitió la empleada del centro de salud.
La enfermera aseguró que "cada día es peor". Y denunció: "Nos sentimos defraudados de parte del gobierno del señor (Gustavo) Sáenz. El Presidente ha mandado un avión Hércules, pero nosotros no tenemos aeropuerto para que aterrice y deposite lo que lamentablemente era para nosotros".
Respecto a esto, la integrante del equipo de salud del hospital aseguró que hay un video en el que se escucha decir al mandatario de la provincia del Norte argentino que no envíe los respiradores a Orán. "Nosotros estamos desesperados por los respiradores", subrayó Riquelme.
La enfermera contó también que enviaron médicos de Buenos Aires, pero que no son suficientes para cubrir la necesidad de una ciudad de 120 mil habitantes. "No tenemos camas, estamos colapsados. No estamos al límite como dicen, estamos colapsados", remarcó.
Para ilustrar la magnitud de la tragedia que viven, Riquelme contó que "en menos de 48 horas el coronavirus se llevó a tres personas de una misma familia", una de ellas era un enfermero del hospital. "Hay 200 muertos", advirtió, aunque aseguró que serían más porque no se están contabilizando los que mueren fuera del hospital, sin haber sido testeados.
"La cámara de refrigeración de la morgue del hospital no soporta más que dos cuerpos y no tiene la temperatura óptima como para mantenerlos", señalo también la especialista y reconoció: "Acá se entierran tres cajones en una fosa". Además, explicó que aquellos que tienen una obra social, y pueden acceder al servicio para cremar el cuerpo, deben realizar 270 kilómetros para poder hacerlo.