Brasil registró el martes un nuevo récord en el número de muertes provocadas por el COVID-19, con 881 en las últimas 24 horas. En total, los fallecidos llegan a 12.400, según información del diario local O Globo.
Además, los contagiados ascienden a 177.589 de acuerdo a lo divulgado por el Ministerio de Salud el martes por la tarde, después de confirmar 9.258 nuevos casos confirmados de Covid-19. En el último balance del gobierno, el lunes, el número total de personas infectadas alcanzó 168.331 y 11.519 muertes confirmadas.
La semana pasada, fueron varios días seguidos en los que el país sudamericano registró cifras mayores a 600 muertos -600 el martes, 615 el viernes y 610 el sábado-.
De acuerdo con los expertos locales, las cifras podrían ser incluso peores, debido a la baja cantidad de testeos disponibles y de un subregistro de los fallecimientos.
La Organización Panamericana de la Salud dijo el martes que ve con "preocupación" la propagación del nuevo coronavirus en Brasil, el país latinoamericano más golpeado por la pandemia, y urgió a las autoridades a seguir conteniendo su avance.
Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de Salud de la OPS, destacó el alto número de contagios en Brasil y recordó que al tener fronteras "muy porosas" sus vecinos también deben actuar.
"Ciertamente, el aumento de casos en los últimos días es motivo de preocupación y la llamada es a continuar fortaleciendo las acciones recomendadas por la OMS y la OPS", dijo en una videoconferencia con periodistas, al ser preguntado sobre si la rápida expansión de la enfermedad en Brasil es un riesgo para la región.
Además, un estudio de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) reveló que el nuevo coronavirus ya circulaba en Brasil 20 días antes del primer diagnóstico oficial, de un paciente que volvió de Italia, y 40 días antes de que se confirmara la transmisión comunitaria que actualmente continúa.
"Vemos que los gobernadores en Brasil están tomando medidas y es importante que las medidas se sigan implementando y reforzando en un país grande, amplio, donde no todo es igual", dijo Espinal.
El aislamiento social, el uso obligatorio de tapabocas y la restricción de las actividades comerciales rigen en varias ciudades brasileñas a pesar de las críticas del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que considera estas acciones nocivas para la economía.
Espinal dijo que Río de Janeiro y Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas, donde el nuevo coronavirus triplicó el número diario de decesos, son "focos infecciosos".
Son áreas "que necesitan reforzar las medidas de distanciamiento social, de aumento de las pruebas diagnósticas y de educación a la población", señaló.