"Es un 2 de abril especial y similar a aquel de 1982, porque estamos en una situación de crisis. La guerra es la guerra, pero esto es una crisis que nos atraviesa a todos, y se mezclan las experiencias vividas hace 38 años con las que vivimos hoy", relató Petrucci.
El actual neonatólogo del hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, en Rosario, apuntó en la charla con Télam que en el 82 "el enemigo extranjero era conocido, lo podíamos ver, mientras que hoy también llega del extranjero, pero es invisible".
Tato, como lo llaman sus amigos, cree que Malvinas dejó una huella en el pueblo argentino, más allá de que fue "a algunos los que nos tocó ir a las Islas", porque "hubo un pueblo que atravesó la guerra" y que fue convocado por la "solidaridad", tal como ocurre ahora ante la pandemia.
Pese a que por el aislamiento obligatorio los actos de mañana serán sin presencias, el ex combatiente dejó claro que lo van a vivir a su manera.
El primero de abril es habitual en Rosario que se realice una vigilia en el Parque Nacional a la Bandera, con artistas que acompañan y homenajean a los excombatientes en el marco de un recital.
Aunque este año no haya vigilia ni festival, Petrucci destacó la necesidad de "mantener viva la memoria" por "quienes dieron la vida en el conflicto, los que volvieron y ya no están" y por los que siguen vivos.
La vigilia -agregó- la hará cada uno en su casa, y algunos asistiendo a personas en situación de calle, con la idea de que el 2 de abril los encuentre a "todos unidos".
Petrucci, que cuando fue convocado a combatir en Malvinas jugaba al fútbol y aspiraba a defender el arco de Rosario Central en primera división, contó a Télam que "más allá de los traumas y de lo doloroso" que fue la guerra, se pueden sacar "cosas positivas", entre las que destacó la capacidad que tienen los argentinos de "contribuir en una situación muy difícil para el país, que atraviesa desde la salud hasta lo socioeconómico".
Sobre su participación en la guerra, Tato recordó que llegó como soldado camillero a Malvinas, "con miles de dudas" porque "no estaba preparado".
Petrucci recuerda aún el pozo/trinchera donde permaneció durante el conflicto, desde donde oía y veía caer las bombas enemigas a metros de distancia, y también la espera permanente de ese llamado por cable para asistir a un compañero herido en combate.
"No era solo esperar el momento de que cayera la bomba y no te cayera encima, o que no te alcanzara una esquirla, sino que teníamos que esperar el llamado para socorrer a alguien", relató Petrucci.
Hoy, desde su casa, Tato reflexiona que en esta crisis "se vuelven a combinar la angustia y el estrés", algo que es "muy difícil" cuando, además, "están en juego la vida y la muerte".
Para Petrucci hoy su trinchera no es un pozo, sino un hospital público, donde gracias a que la gente respeta el aislamiento en sus casas, se está logrando mantener controlado el crecimiento de la curva de contagios tendiente a conseguir que no haya "una invasión de casos".
Dice además que "hay que apoyar y acompañar" a todos los que trabajan hoy en el sistema de salud, que "están en primera línea" como lo estaban los soldados en Malvinas.
"Lo importante es que estemos unidos, que podamos respetarnos, que podamos confiar el uno en el otro, que podamos manejarnos con información que no esté tergiversada, que los trabajadores de salud puedan trabajar en equipo y contemos con todos los elementos de protección personal", completó.
Por último, Tato pidió a los argentinos que se cuiden y no olviden que "en el 82 tuvimos muchas plazas, plazas de euforia y plazas de angustia y tristeza, y es importante que esto pueda llegar a la gente que hoy tiene que salir a la calle. La gente que se está preparando para algo que todavía no mostró su máxima expresión". (Télam)