El expediente disciplinario que le abrió la confederación a River ayer por la noche por los incidentes en el Monumental es un indicio que apunta hacia la suspensión de ese recinto deportivo. Las fallas organizativas y el desastroso operativo de seguridad hacen que el partido pueda incluso mudarse de país, más allá de la voluntad del presidente Mauricio Macri de jugarlo en territorio argentino.
El nombre de Miami comenzó a tomar fuerza ayer, luego de que a las oficinas de la Conmebol llegó un ofrecimiento para hospedar la final. El emirato qatarí tiene una excelente relación con las autoridades del fútbol sudamericano, a tal punto que su selección será una de las invitadas a la próxima Copa América de Brasil, el año que viene. Y Paraguay es opción porque la Conmebol conoce los procedimientos de seguridad y es un lugar próximo. Un comandante de la policía paraguaya, incluso, confirmó en la radio local ABC Cardinal que "fue consultado" por un posible operativo en Asunción para el partido River-Boca.
Con el tribunal de Disciplina trabajando a destajo desde ayer a la tarde, la tarea de la Conmebol era encontrar una sede viable para la final más larga del mundo. Todo esto, más allá de que Boca haya amenazado hasta con llegar a los escritorios del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). "El torneo sigue su curso y el partido se juega más allá de lo que pase en los escritorios", respondieron a coro las fuentes de la entidad cada vez que fueron consultadas. "Las copas se ganan en la cancha", insistió el presidente Alejandro Domínguez en una carta abierta.
La chance de jugar en territorio neutral (y fuera de la Argentina) abre otro foco de conflicto. River llegó a Paraguay convencido de que el encuentro decisivo se organizaría en otra fecha, pero en el Monumental, y con su público. Que sea en Estados Unidos, Qatar o Paraguay cambia el escenario. Por lo pronto, el club de Núñez deberá contestar hoy al expediente abierto ayer por la Unidad Disciplinaria de Conmebol por los incidentes.De todo esto se habla en la reunión que se desarrolla desde hace unos minutos en el edificio de la Conmebol. De ella participan cinco presidentes, sin abogados ni allegados. Ellos son el propio Domínguez, Rodolfo D´Onofrio (River), Daniel Angelici (Boca), Robert Harrison (presidente de la Asociación Paraguaya de fútbol y de la subcomisión de clubes de Conmebol) y Claudio Tapia (presidente de la AFA e integrante del Consejo de Conmebol).