Ya le había sucedido en otra oportunidad, aunque en aquella ocasión se había sentado sobre un vaso de café que estaba apoyado sobre la heladerita que siempre usa como banqueta para mirar los partidos del Olympique de Marsella. En esta oportunidad, directamente se quemó un labio, al estar concentrado en lo que pasaba dentro del campo de juego y no controlar la temperatura de la bebida.
Pero eso fue lo menos malo que le ocurrió al Loco en el estadio Vélodrome, ya que su equipo perdió 3-2 a falta de poco para el final, cuando estaba 2-0 arriba en el marcador. En el principio del cotejo, los suyos dilapidaron un penal y el amor con el público parece estar roto. Muchos simpatizantes del elenco marsellés prefirieron marcharse de la cancha antes de que el árbitro terminara el encuentro.