Un grupo de 36 residentes del Hospital Geriátrico Provincial, de entre 60 y 85 años, y 20 empleados del efector permanecen aislados en prevención por posibles contagios de coronavirus tras haber mantenido contacto con una enfermera de la institución que dio positivo para Covid-19.
El domingo, en el horario del turno, Nora M., de 43 años, ingresó al geriátrico y se dirigió al pabellón "Santa Inés", donde se alojan 36 ancianos en doce habitaciones triples. Ese día la enfermera no tenía síntomas de gripe, pero como además trabaja en el Sanatorio Parque, efector en el que hubo contagios de la enfermedad, tomó la prevención y consultó, según reveló el director del geriátrico, Martín Almirón, a una infectóloga; quien le dijo que tomando prevenciones y cubierta con guardapolvo, barbijos y guantes, podía atender a los ancianos a su cuidado. La enfermera se había realizado el mismo domingo un examen por coronavirus, el lunes sintió los síntomas y el martes, a las 23, le confirmaron el resultado positivo.
Cuando Almirón, fue notificado del estado de salud de la enfermera, decidió aislar a los veinte empleados del efector que estuvieron en contacto con ella la semana anterior y a los ancianos de la sala Santa Inés. En el caso de los agentes provinciales, Almirón tomó la semana anterior como de posible incubación o contagio de la enfermedad.
En cuanto a los familiares de los internos, que acudieron a la institución en la mañana de ayer, el director aseguró que "pueden quedarse tranquilos.<b> Si se los llevan a sus domicilios hay que montar protocolos de salud; en cambio, si están acá estarán mejor cuidados que en su casa y muy bien custodiados</b> en lo que hace al respeto de la cuarentena y las prevenciones de profilaxis."
Entre esos cuidados que se pusieron en marcha a raíz de la pandemia, Almirón destacó que "un grupo de psicólogos y trabajadores sociales conectan a los internos con su familia por medio de redes sociales y los mismos familiares, que en principio no entendían nuestras prevenciones, por suerte ya las comprendieron".
Almirón, quien hace 21 días se hizo cargo de la administración del geriátrico, aseguró que la enfermera en cuestión "<b>sólo atendió a 12 de los 36 residentes </b>que se encuentran en la sala Santa Inés y esa misma noche y de manera preventiva se puso de acuerdo con su compañera de turno para que la otra se ocupara de los restantes". El profesional sostuvo que "están en buen estado de salud y no presentan síntomas".
A su vez, aseguró que <b>la profesional "trabajó con todas las normas de seguridad para no tener contactos con otras enfermeras. </b>Nos mantenemos en contacto permanente con ella y también se encuentra bien. Los síntomas que tuvo son tos seca y un pico de fiebre", destacó.
<b>En detalle</b>
En el geriátrico, que el 1º de abril cumplió 131 años, están internados 180 ancianos y más de la mitad tiene "serios problemas de movilidad o enfermedades neurológicas", dijo Almirón.
"Hace veinte días que estamos trabajando con todas las medidas de profilaxis a nuestro alcance. No entran proveedores ni personal ajeno al establecimiento. Tampoco las visitas y no dejamos salir a los internos a los patios ni al exterior. Tenemos dos accesos y limpiamos permanentemente los pasillos. El personal que quedó trabajando aquí flexibilizó sus tareas y realmente se esfuerza por demás", destacó.
Los agentes que trabajan en el efector son 220 de un plantel total de 350. "Muchos están en edad de riesgo, a otros los licenciamos y sólo quedó el personal imprescindible, que hace esfuerzos sobrehumanos", dijo Almirón.
En esos términos, desde el hospital aseguraron que "se montó un protocolo por el cual no hay agentes trasladándose por el hospital sin justificar su tránsito. Cada uno que llega se higieniza, toma su material de trabajo y va directo a la sala asignada, donde permanece hasta su salida".
<b>Un director que asumió hace apenas 21 días</b>
Martín Almirón, director del Geriátrico Provincial, se hizo cargo hace 21 días. "Vine con mucho entusiasmo y pudimos hacer cosas, como mejorar la calidad de la comida, cortar el césped de los patios y mantener en alto la labor de los agentes que trabajan en la institución, y ahora trabajaremos con este tema", admitió.
Antes del geriátrico, estuvo 15 años en el Hospital Provincial. "Soy kinesiólogo y estoy en quinto año de medicina", señaló.
Destacó que "mucho abuelos salían a barrer la vereda o hacer cosas a la calle. En general son personas de las que su familia, por distintas instancias, no pueden ocuparse. Muchos de nuestros 180 internados no son conscientes de la cuarentena. Algunos me reclaman seguir con su vida habitual, como visitar a la familia. Pero entendieron que no se puede", destacó.
Entre los logros de los últimos días, antes de este cisne negro que trastocó cualquier plan, Almirón destacó que "se logró que la empresa de catering que nos provee de alimentos nos pusiera un chef especial y mejorara los carros térmicos de comida". (La Capital)