Las sirenas antiaéreas comenzaron a sonar a las 10H00 locales (02H00 GMT), y de inmediato las personas iniciaron una pausa y el tráfico se detuvo en las calles, al tiempo que trenes, automóviles y navíos hacían sonar sus bocinas en homenaje a las 3.326 víctimas de la epidemia en China.
En la ciudad de Wuhan, donde el coronavirus fue identificado a fines del año pasado, el personal del Hospital Tongji estaba parado en la parte externa, todos con las cabezas inclinadas hacia el edificio principal, algunos aún con los trajes protectores que se han convertido en un símbolo de la crisis en todo el mundo.
"Siento mucha pena por nuestros colegas y pacientes que murieron", dijo a AFP Xu, una enfermera del hospital de Tongji que trabajaba en la primera línea de tratamiento de pacientes con coronavirus, conteniendo las lágrimas.
"Espero que puedan descansar bien en el cielo", añadió.
Las imágenes de los medios estatales mostraron al presidente chino, Xi Jinping, y otros funcionarios del gobierno de pie frente a un complejo del gobierno de Beijing, con flores blancas.
En la plaza Tiananmen de la capital la bandera nacional ondeaba a media asta, rodeada de un aparato de seguridad más pesado de lo normal.
Los peatones en uno de los distritos comerciales más concurridos de la ciudad interrumpieron su marcha y mantuvieron la cabeza baja en una silenciosa ceremonia de homenaje, mientras la policía que patrullaba la zona peatonal estaba al lado de la carretera con los escudos hacia abajo y las cabezas inclinadas.
<i>Empleados de un restaurante de Beijing guardan tres minutos de silencio en honor a las víctimas de la COVID-19.
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Los trenes en la red de metro de Pekín también se detuvieron, y los pasajeros permanecieron de pie y en silencio durante los tres minutos en señal de respeto.
Las autoridades dijeron que la conmemoración fue una oportunidad para llorar a los "mártires" del virus, un título honorífico otorgado por el gobierno esta semana a 14 trabajadores médicos que murieron luchando contra el brote.
Ese grupo de mártires incluye a Li Wenliang, un médico de Wuhan que llegó a ser reprendido por las autoridades por intentar advertir a otros en los primeros días del contagio.
Clarín.