Maria Orsingher, nacida el 21 de julio de 1919 y residente en Ardenno, en la región de Lombardía, se contagió de covid-19 por primera vez al comienzo de la pandemia, a finales de la primavera, en un hogar de ancianos. La mujer recibió tratamiento en un centro para personas que necesitan cuidados especiales y pudo vencer al virus.
En septiembre, sin embargo, Maria dio positivo por covid-19 por segunda vez. La anciana tuvo síntomas muy leves de la enfermedad, y necesitó 18 días de tratamiento en el hospital antes de dar negativo. Cuando intentó regresar de nuevo al centro médico donde fue tratada por primera vez, a finales de octubre, volvió a dar positivo, aunque en este caso estaba asintomática. Los médicos no se lo pudieron creer, según contaron los familiares de Maria.
Los expertos no tienen una explicación clara de lo ocurrido con la anciana. Entre las causas de los tres positivos destacan, que algunas pruebas pudieron dar un falso negativo, que la cantidad del virus en el cuerpo fue tan baja que el test no lo pudo detectar, o que un fragmento del virus permaneció en las membranas mucosas, por lo que pudo ser detectado a finales de octubre.
Cuando por fin Maria recibió el alta por tercera vez, la mujer pidió una recompensa por vencer tres veces al coronavirus.
Maria, que vivió siempre en una aldea y crio a seis hijos, dos de ellos del primer matrimonio de su esposo, pidió un premio, al que estuvo acostumbrada toda la vida: un plato de risotto y una polenta. "Nunca le faltó el apetito. De joven fue siempre un ejemplo de buena salud. Su medicina siempre fue un trabajo duro", contaron los familiares de la mujer, según publicó Crónica.