Estados Unidos alcanzó este jueves la cifra de 1.872.261 casos confirmados de coronavirus y la de 108.120 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. Este balance, a las 20.00 hora local (00.00 GMT del viernes) es de 22.409 contagios más que el miércoles y de 1.021 nuevas muertes.
Al menos 485.002 personas han superado la enfermedad hasta este jueves.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos con 375.133 casos confirmados y 30.090 fallecidos, una cifra solo por debajo del Reino Unido, Brasil e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 21.752 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 162.530 casos confirmados y 11.970 fallecidos, Massachusetts con 102.063 contagios y 7.201 decesos y Pensilvania, que ha reportado 78.335 positivos por coronavirus y 5.832 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Illinois con 5.736, Michigan con 5.595, California con 4.394 o Connecticut, con 4.007.
El balance provisional de fallecidos -108.120- ha superado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente Donald Trump rebajó en un inicio esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque en sus últimos cálculos auguró ya hasta 110.000 muertos.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para inicios de agosto habrá dejado más de 135.000 muertes en Estados Unidos.
El impacto económico de la pandemia sigue siendo significativo. Según informa el Washington Post, casi la mitad de los comercios de Estados Unidos no pudieron pagar sus alquileres en abril y mayo. Algunas compañías incluso advirtieron que no podrán pagar alquiler durante meses.
La situación es especialmente grave para los propietarios de hoteles y centros comerciales, ya que esos sectores se encuentran puntualmente afectados ante el bajo flujo de vuelos y las medidas de aislamiento.
Por su parte, la crisis es particularmente amenazante para decenas de miles de pequeñas empresas, algunas de las cuales operan con márgenes tan pequeños que dicen que no sobrevivirán a la recesión causada por la pandemia.
Los defensores de las pequeñas empresas están presionando al Congreso para que cambie las reglas sobre las calificaciones de perdón de préstamos del Programa de Protección de Cheques, para que más del 25% del dinero pueda ser utilizado para el alquiler y otros gastos generales. Un proyecto de ley de la Cámara de Representantes que fue aprobado la semana pasada permitiría que hasta el 40% del dinero se destine a la renta, pero el Senado aún no ha acordado los cambios.