Según consignó la agencia Bloomberg, la divisa del gigante sudamericano alcanzaría los 3,75 por dólar, de acuerdo a London Capital Group y al banco BNP Paribas. El real extendería su caída teniendo en cuenta que la Reserva Federal se prepara para subir las tasas, lo que podría impulsar a los inversores en busca de mayores rendimientos.
La moneda se devaluó ayer en 0,9% hasta los 3,451 por dólar, perdiendo más que cualquiera de las 16 monedas más importantes que sigue Bloomberg. Así, el valor de la divisa sigue encuadrada en sus peores niveles en 12 años, sin un horizonte de recupero cercano.
Esta es al menos la expectativa de los inversores locales, puesto que en el mercado de futuros los contratos a septiembre avanzaron ayer 0,27% hasta los 3,493 reales por dólar. La divisa brasileña acumula una caída de 10% en julio y de 34% en un año.
"El real está en camino de poner a prueba los niveles alcanzados en 2002, por lo que otra disminución de 8 a 10% para fin de año es posible", dijo a Bloomberg Godet Marcial, jefe de estrategia de renta variable y derivados de mercados emergentes de BNP Paribas.
Las operaciones con carry-trade en la que los inversores compran y venden divisas aprovechando las diferencias en las tasas de interés de una moneda y otra, perdieron un 8,2% el mes pasado. De esta manera, marcaron el peor desempeño entre las 43 principales monedas después del rublo ruso y el peso colombiano.
"Los riesgos a la baja prevalecen y los retornos de carry se van a exprimir a medida que Estados Unidos se mueve hacia tasas más altas. La caída en el real a R$ 3,50 - R$ 3,75 no es un sueño si la Fed decide proceder con la normalización de la política monetaria", comentó a Bloomberg Ipek Ozkardeskaya, analista de mercado de London Capital.
A pesar de las fuertes caídas que cosechó el real, el mercado considera que el Banco Central de Brasil evita acelerar el ritmo del financiamiento de su swap de divisas para contener la divisa. Al igual que ocurrió durante la semana pasada, la entidad extendió el vencimiento de unos 6.000 contratos, lo que significó una renovación de casi un 60% de u$s 10.027 billones que vencen en septiembre.
"El hecho de que el banco central se abstuvo de aumentar el rollover envía una señal de que el Gobierno no quiere un real fuerte", dijo Paulo Nepomuceno, estratega de renta fija de Coinvalores, con sede en Sao Paulo.