Sebastián Svetliza fue parte importante del proceso que llevó al Centro Juventud a la máxima divisional como también permanecer por diez temporadas. Pero a su vez, fue responsable de armar un equipo que terminó descendiendo al Torneo Nacional de Ascenso. Sebastián estuvo desde el comienzo de una causa que se inicio con muchos sueños e ilusiones, y que se transformó en una de las estructuras más reconocidas del básquet argentino.
La noticia respecto a que Sionista no jugará la próxima temporada del Torneo Nacional de Ascenso tras perder la categoría y la determinación de los dirigentes de dejar de competir en el ámbito profesional, también incumbe al entrevistado.
Sebastián Svetliza fue más que un técnico dentro de Sionista. Fue una pata fundamental, incluso con decisiones que fueron más allá de lo estrictamente basquetbolístico. Entonces, en un momento álgido también él es una palabra autorizada para comprender porque el Centro Juventud decidió bajar la persiana y concluir con su proyecto.
Es todo muy reciente y la noticia aún retumba en el ambiente del básquet. Al margen de ello, Svetliza concedió una entrevista a <i>El Diario </i>y dio sus razones por la cual también está de acuerdo que Sionista deje de competir.
-¿Qué te provocó la confirmación de que Sionista no será parte del TNA y que abandona el básquet profesional?.
-desde ya que hay sensaciones encontradas, con recuerdos y sentimientos que estaban alejados y que ahora vuelven a cobrar vida, están ahí en la memoria. Se me vinieron muchos muy buenos momentos que a su vez me ayudaron a entender que se logró algo muy grande y que, tal vez, nos demos cuenta cuando pase el tiempo. Estoy muy orgullo de todo lo que se logró con el proyecto. A lo mejor es difícil que la gente lo entienda, pero cada proyecto tiene su principio, su desarrollo y su final. Lo importante es darse cuenta si todo ese proceso dejó algo. Y no tengo dudas que el proyecto de Sionista dejó muchas cosas.
-¿Personalmente estás de acuerdo con la decisión de no continuar participando en Liga Nacional?
-Entiendo la decisión y la comparto. Para mi está bien la decisión adoptada. Comprendo que hay un proceso finalizado y que por ahí no valía la pena darle continuidad. Y que quede claro, esta decisión no tiene nada que ver con la pérdida de la categoría.
-¿Vos decís?. La mayoría de la gente piensa que sí.
-Para mi no?
-¿Y entonces?
-Está más relacionado con el entendimiento del final de un proceso, el cual más allá del resultado de la última temporada, fue altamente positivo. El tema es tener la capacidad suficiente para entender cuando darle un punto final. En este sentido, para mi éste es un buen momento para hacerlo. Acá va a quedar lo que Sionista hizo y dejó en el básquet de la ciudad, de la provincia y también del país. Estamos hablando de una de las organizaciones más respetadas. No nos olvidemos que Sionista puso a Paraná en el máximo contexto del básquet a nivel nacional durante diez años. Eso es uno de los tantos muy buenos valores que hay que remarcar.
-La gente tiene formada su opinión. ¿Sabés lo que me dicen en la calle?: Ahora que descendió, Sionista tira la toalla.
-Cada uno puede pensar y opinar como quiere. No lo juzgo. Son opiniones respetables. Igual, uno tiene que estar adentro para entender toda la situación y comprender porque se tomó está determinación. Sabelo, cuando tu proyecto llega al final y no dejaste nada, fallaste. Y yo no creo que ese sea el caso de Sionista, al contrario, dejó mucho. Para mi fue un proceso exitoso.
-Particularmente qué destacarías o qué recuerdos se te vinieron a la memoria.
-Tengo muchos grandes recuerdos que tienen valor. Como cuando fuimos a Puerto Rico a jugar la Liga de las Américas, habiendo clasificado tercero en la Liga Sudamericana. O cuando salimos campeones del TNA?¿Sabés qué?. Me aferro a esa frase que dice lo importante no es llegar, lo importante es el camino. Siempre recuerdo las veces que fuimos a jugar a la cancha de Atenas de Córdoba, en el Polideportivo. Para mi, hacerlo siempre fue algo maravilloso. La primera vez que fuimos con Sionista fue cuando jugamos contra Universitario de Córdoba, por la Liga B. Ese día se me puso la piel de gallina. Después volvimos a ir muchas veces con Sionista, ya en la Liga A. Y todas las veces que fui siempre me pasó lo mismo. Una sensación increíble. Lo mismo me sucede cuando pienso que Santiago Vesco fue hombre vital en el ascenso de Sionista y que él terminó siendo mi asistente técnico. O Maximiliano Seigorman, que de pibe creció siendo mi asistente y hoy dirige una categoría en la selección Argentina. Entonces, ¿cómo no va ser exitoso el proyecto?.
-Está bien, pero hay proyectos que también tiene continuidad.
-Uno cuando es parte de un proceso y está adentro tiende a creer que las cosas no se van a terminar nunca. Y es un gran error. Todo tiene su final. En este sentido, estoy seguro que lo que no va a quedar en el recuerdo son los resultados deportivos, porque el legado del proyecto pasa por otro lugar. Va más allá de eso. El tiempo lo va a reconocer. Estoy seguro.
<b>EL DESCENSO Y SU FUTURO</b>
¿Cómo viviste el descenso?
-Con mucha tristeza y mucho dolor. Son sensaciones que aún persisten por más que haya pasado unos días. Lo que si, el descenso fue netamente deportivo y es ahí que hay que entender que, por más que no nos guste, en el deporte hay resultados positivos y negativos, y hay que saber aceptar lo que se consigue.
-Cómo fue tu proceso entre tu salida del equipo y el arribo de Volcan Sánchez. ¿Cómo palpitaste el final de la campaña?.
Al principio traté de estar alejado como para no sufrir tanto como cuando estaba dentro. En si, nunca dejé de estar involucrado, por lo menos en la parte íntima. Al equipo lo seguí por Internet. Honestamente, pensé que iba a poder desprenderme del todo, pero no. Me costó mucho poder hacerlo, más que nada por mi relación con el proyecto. A su vez, estaba convencido de que con mi salida el equipo iba a poder revertir la situación, aunque lamentablemente eso no sucedió.
-¿Qué va ser de tu futuro?
-Por el principio sigo siendo técnico de básquet. Voy a trabajar con un representante y cualquier proyecto que me considere que puedo ser importante lo voy analizar. Y sino, seguiré desarrollando mi labor particular que lo hago con la misma pasión que con el básquet.