El futbolista uruguayo Mateo Antoni compartía habitación en las concentraciones de Nacional con Juan Izquierdo, el jugador tricolor que murió luego de haberse desplomado en un partido por Copa Libertadores. Los compañeros habían formado un vínculo de hermandad por el fútbol, como escribió Antoni en su mensaje de despedida.
El zaguero de Nacional volvió a dedicarle un mensaje a Izquierdo en Instagram, pero esta vez para contar que la familia le pidió que sea el padrino de su hijo, que había nacido cinco días antes del fallecimiento. “Ayer a la noche recibí un mensaje hermoso de parte de uno de tus seres queridos, un mensaje que decía cuánto anhelabas y remarcabas que querías que yo fuese el padrino de ese hijo que recién había llegado a nuestras vidas”, escribió Antoni.
“Se me puso una sonrisa de oreja a oreja. Ese hijo que llegó y que por alguna razón la vida quiso que vos partieras”, escribió. Izquierdo no había podido ni siquiera inscribir en el Registro Civil a ese hijo recién nacido, según contó el presidente del club, Alejandro Balbi, en el último adiós al futbolista.
“Pienso, pienso, pienso y sigo pensando el por qué, pero no hay tal. La vida, el destino, no sé por qué pero algo quiso que fuera de esta manera. Quiero recordarte por todos los momentos que hemos compartido juntos, personalmente me dejaste una enseñanza para toda la vida”, escribió en el posteo.
Antoni expresó que recordará a Izquierdo como “el padre más luchador” y el que más quería a su familia, una definición sobre el futbolista que se reiteró en los mensajes de despedida. También escribió que para él era un “hermano menor”, que recién “se estaba construyendo”. “Vos, con tu sonrisa y tu buen afán, siempre trataba de que hiciera las cosas bien”.
La carta completa
Para los que te conocíamos y te llevábamos en el día a día sabíamos cuán importante para vos era la familia .
Ayer a la noche recibí un mensaje hermoso de parte de uno de tus seres queridos, un mensaje que decía cuánto anhelabas y remarcabas que querías que yo fuese el padrino de ese hijo que recién había llegado a nuestras vidas.
Se me puso una sonrisa de oreja a oreja.
Ese hijo que llegó y que, por alguna razón, la vida quiso que vos partieras.
Pienso, pienso, pienso y sigo pensando el por qué, pero no hay tal. La vida, el destino, no se qué, pero algo quiso que fuera de esta manera.
Quiero recordarte por todos los momentos que hemos compartido juntos, personalmente me dejaste una enseñanza para toda la vida.
Enseñanza en la que te voy a recordar todos los días como el padre más luchador y queredor de la familia que nunca jamás yo conocí.
Fui tan afortunado de compartir tantas cosas contigo que no me voy a olvidar nunca lo mucho que te enojabas conmigo pero también lo mucho que me querías. Para vos era un hermano menor, que recién se estaba construyendo como futbolista y que, vos, con tu sonrisa y tu buen afán siempre trataba de que hiciera las cosas bien.
Sigo escribiendo, sigo pensando y sigo sintiendo… escribiendo lo que me sale de adentro en este momento tan delicado.
La vida nos dejó una enseñanza en la que hay que aprovechar cada momento de nuestras vidas al máximo y que no hay que reprocharnos nada. Seguir, seguir y seguir.
Y vos, vos nos dejaste otra enseñanza: el siempre estar con alegría no importando el motivo, el siempre ser un luchador aunque las cosas no vayan como uno quieren, el estar por y para la familia a todo momento.
Te voy a recordar todos los días de mi vida con esa alegría y esa simpleza que te caracterizaba.
Por y para siempre en mi vida.