El presente de Gustavo Alfaro está en la dirección técnica de la selección de Ecuador, una de las revelaciones del inicio de las Eliminatorias Sudamericanas. Sin embargo, el entrenador que codujo a Patronato en los inicios de su carrera, rememoró lo que fue su paso por Boca: "Yo sé el vestuario que me tocó agarrar y el que dejé".
"El año que tuve en Boca fue fantástico. Cuando escucho que dicen que padecí el clima digo que en ningún lugar pude trabajar tan fácil como en Boca. La predisposición de los jugadores fue fantástica. Me saco el sombrero con el plantel. Me tocó asumir en el momento más duro y crítico del club, dónde venían de un golpe muy fuerte. Yo sé el vestuario que me tocó agarrar y el que dejé", analizó el Lechuga.
Al ampliar sobre este último punto, el estratega del Tri hizo hincapié en que, a pesar de la gran cantidad de jugadores que se fueron del equipo, logró su objetivo de volver a encausar al club: "A mi se me fueron 12 jugadores: Rossi, Jara, Balerdi, Magallán, Olaza, Nández, Pérez, Gago, Cardona, Barrios, Pavón y Benedetto. Se te van jugadores de los más importantes y tenés que armar un equipo rápidamente para ser competitivo. Sé el vestuario que me tocó agarrar y el que dejé, cruzado por la política que, según entiendo, fue más allá de una política deportiva. Sé en las condiciones en que quedó ese plantel".
Asimismo, el ex conductor del Rojinegro destacó lo difícil del momento en que asumió y lo positivo del cierre de su ciclo: "Me tocó atravesar el momento más duro y una transición difícil en un club como Boca en el que no existen las transiciones. Estoy convencido de que, con mucha de la gente con la que trabajamos, ayudamos a que Boca esté de pie cuando nos fuimos. Eso no es quitarle mérito al plantel ni a Miguel (Russo). El punto en el que Boca quedó era de pie y convencido de que estaba para ganar".
Otro de los puntos que tocó el entrenador fue el de su relación con Carlos Tevez y la manera en la que se desarrolló la carrera del delantero mientras él estuvo en la dirección técnica.
"Carlos venía con poca continuidad cuando empecé, pero arrancó jugando varios partidos conmigo. Recuerdo la primera charla que tuvimos, en la que le dije que tenía un montón de cosas para darle a Boca y a él mismo. Que no tenía necesidad de demostrarle nada a nadie porque estaba en un plano de ídolo al que pocos pueden llegar", comenzó explicando Alfaro.
"Después, por cuestiones de rendimiento, había jugadores como Mauro (Zárate) que estaban muy bien. Mauro convirtió 15 goles en esa primera etapa y estaba en un momento muy alto. Carlos igual terminó jugando toda la parte final, también atravesado por un montón de cuestiones: el final del torneo, dudas sobre su renovación y hasta se lo arrastró a cuestiones políticas que no tenían por qué meterse", amplió el técnico.
De todas maneras, más allá de la manera en la que se dio su relación, Alfaro no guarda rencores y se mostró muy feliz por la actualidad del Apache: "Sigo pensando lo mismo: Carlos fue nuestra bandera, más allá de los aportes que tuvo. Me alegro muchísimo que tenga esta realidad porque sé lo que quiere a Boca, lo que significa, lo que siente y cuál es su compromiso. No hay entrenamiento en el que no dé al máximo su potencial y esta realidad es bien merecida".