La selección de Argentina venció a España por 6-1 en la final y conquistó por quinta vez el título mundial, evitando que el equipo español obtuviera su sexta corona consecutiva y la decimoséptima de su historia.
El conjunto argentino remontó un gol de Bargalló en el minuto 5, fundamentalmente, gracias a Ordoñez (que juega en el Barcelona), quien metió tres goles y liquidó la historia.
Así, la Albiceleste acabó venciendo con holgura al equipo español, ante el que había caído en la final de las tres ediciones anteriores del Mundial, de forma que recupera un título que no ganaba desde 1999, cuando venció en Reus precisamente a España.
En el partido por el tercer puesto, Portugal goleó por 7-3 a Alemania y consiguió, por cuarta edición consecutiva, la medalla de bronce.