Sufrido y por eso tan festejado. Cuando las esperanzas de quedarse con los tres puntos en casa se desvanecían, el belga Kevin De Bruyne le dio el agónico triunfo al Manchester City sobre el Sevilla. El partido era clave porque ambos tenían tres puntos en la tabla de posiciones del grupo D y un empate no dejaba bien parado al equipo de Pellegrini al no poder quedarse en la victoria como local. El City extrañó mucho al Kun Agüero, desgarrado en aquel partido de la Selección contra Ecuador, en el arranque de las Eliminatorias. No jugó bien y el Sevilla, en el segundo tiempo, generó algunas situaciones como para irse con los tres puntos en el bolsillo.
De entrada, Konoplyanka había puesto arriba en el marcador al conjunto español, que contó en sus filas con el argentino Ever Banega. Dentro de un primer tiempo bastante parejo, con el City chocando en busca del empate, a Yaya Touré se le prendió la lamparita y armó un jugadón dentro del área. Envió el centro y, de carambola, tras un remate defectuoso de Bony que se desvió en Rami, el local llegó al 1 a 1.
En el segundo tiempo, los Ciudadanos, que contaron entre los 11 con los argentinos Pablo Zabaleta y Nicolás Otamendi, no mejoraron. Y el Sevilla, sin hacer demasiado, tuvo dos chances claritas como para dejar al City con las manos vacías. Sobre todo con ese cabezazo de Gameiro, en soledad y dentro del área, que increíblemente se fue por arriba del travesaño.
Cuando el empate ya parecía sentenciado, el belga hizo explotar el Etihad Stadium. El City está vivo y coleando.
