Fue el 14 de diciembre de 2003, este jueves se cumplirán exactamente 20 años: Boca Juniors, entonces dueño de la Libertadores, conquistaba en Japón ante el poderoso Milan de Italia, campeón de Europa, su última Copa Intercontinental y también la última del fútbol argentino, después de igualar 1 a 1 e imponerse 3 a 1 en los penales en la fría noche oriental.
En aquel 2003 el Boca del Virrey Carlos Bianchi, que ya había tocado el cielo con las manos en 2000 frente a Real Madrid en Tokio, consiguió una de sus hazañas más importantes: derrotó al gran Milan de Carlo Ancelotti en Yokohama, se quedó con la Copa Intercontinental y se tomó revancha del trago amargo que le significó la derrota con Bayern Múnich en 2001.
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La noche japonesa había comenzado complicada para Boca, ya que Milan se adelantó con un gol del danés Jon Dahl Tomasson a los 23 minutos. El empate fue obra de Matías Donnet, cinco minutos después, y el resultado 1-1 ya no se modificaría ni siquiera en el tiempo suplementario, a pesar del ingreso de un entonces juvenil Carlitos Tevez, una de las figuras de ese año, que no jugó de entrada porque venía de una lesión.
En los disparos desde los 12 pasos, el arquero Roberto Abbondanzieri se lo detuvo al crack Andrea Pirlo y provocó la explosión del público xeneize ya en el inicio mismo; y luego el entusiasmo lo acrecentó Rolando Schiavi al acertar su remate. Pero luego el portugués Rui Costa emparejó la serie y el golero brasileño Dida le negó el grito a Sebastián Battaglia.
Los italianos no tuvieron tiempo de aliviarse, porque el holandés Clarence Seedorf remató desviado y el propio Donnet volvió a adelantar a Boca. El increíble "blooper" de Alessandro Costacurta, quien le pegó a la tierra y permitió que el "Pato" la sacara con los pies, dejó el título a un paso.
El encargado del último remate fue Raúl Cascini, que ubicó la pelota en el ángulo superior izquierdo de un arquero que había elegido el otro lado y con el 3-1 se desató la emoción y la locura pintados de azul y oro.