Sobreseyeron a otorrinolaringólogo que se olvidó un tubo en la garganta de una niña de cinco años a la que había operado en una clínica privada de Paraná el año pasado.

La carátula tenía “lesiones culposas” y finalmente esta semana en Tribunales no se llegó a un juicio, por lo cual el hombre quedó sin antecedentes.

“Las partes, tanto la querella como la defensa transitaron un proceso de mediación que tuvo resultado satisfactorio con una reparación integral económica. También expresamente solicitaron desistir de la acción penal por arribar a esa solución alternativa”, indicó la fiscal. Precisamente, el profesional se hará cargo del costo total del tratamiento de rehabilitación.

¿Es probable llegar a esta resolución?

El abogado Marcos Rodríguez Allende, por su lado, indicó a Códigos cómo pudo llegarse a este sobreseimiento: “Para que la sociedad pueda entender que en nuestro sistema procesal y penal en la provincia de Entre Ríos es adversarial. Significa que el Ministerio Público Fiscal es el encargado de llevar adelante una investigación y es el titular de la acción penal pública. Es el único y máximo responsable de una investigación que se conoce a través de una denuncia. Este titular tiene una contraparte que es el imputado con su defensa”.

Asimismo, prosiguió: “En algunas ocasiones, este sistema permite lo que nosotros denominamos las salidas alternativas. Esto significa que una persona que está acusada de un determinado delito puede evitar el juicio final (oral y público). Cuando menos grave es el delito, mayor son las salidas alternativas que prevé el sistema procesal penal. Cuanto más grave es la infracción a la norma penal, las salidas alternativas se van achicando”.

Sobre el caso puntual del otorrinolaringólogo, se señaló que en el caso de lesiones culposas ocurre en el accionar médico “una suerte de negligencia o impericia, donde no sabemos las características de la gravedad, pero no trajo la muerte. La niña se pudo recuperar con el paso del tiempo. El imputado tiene posibilidades de tener salidas alternativas, algunas más beneficiosas que otras. En este caso, contando con el consentimiento de la familia de la víctima una reparación económica”.

El relato de la madre el año pasado a Elonce

Vanina Vera, madre de la pequeña, comentó la situación que había vivido: “Indiana tiene cinco años, el 3 de mayo fue intervenida quirúrgicamente para una cirugía de garganta y nariz. Sale de la cirugía, donde fue atendida y vista solo por los enfermeros de la clínica donde la operaron. Le dan el alta los enfermeros y no el médico que la operó. A partir de ese día, Indiana no pudo respirar más por la nariz, se sentía congestionada, le avisamos al médico y nos dijo que era normal de la cirugía. Le debíamos hacer nebulizaciones con un medicamento que él nos suministró. Se lo hicimos y continuaba igual”.

Además, agregó: “Pasaron seis días y ella empezó a llorar con que le dolía la garganta. Al no querer comer, ella había bajado muchísimo de peso y se metía los dedos en la boca y nos decía que tenía una piedra en la boca. Nosotros la retábamos porque le decíamos que se podía llegar a infectar y se acostó a dormir llorando por el dolor que tenía”.

“Al otro día temprano, se despierta llorando que tenía mucho dolor de garganta. Me dice ‘dame helado porque me duele mucho’. Toma una cucharada de helado y no podía tragar. Empezó a llorar de nuevo, se metió los dedos en la boca y se provocó arcadas. Me voy en búsqueda de un recipiente si llegaba a vomitar. Cuando voy llegando, escucho que ella da una arcada grande y escucho que cae algo duro sobre el piso del dormitorio. Cuando miro, era una ‘manguera’, de casi dos o tres centímetros de largo. Automáticamente junto esa manguera y mi hija me dijo esa era mi piedra. Le mando las fotos. El médico a las 11 de la mañana me contestó que ‘desconocía’. La llevé a un pediatra en María Grande”, cerró.