Gisela Bernal está al frente de Taboo, el show erótico de Flavio Mendoza que da que hablar en el teatro Broadway de Buenos Aires. "Es una obra jugada, para mayores de 18 años, porque hacemos desnudos totales durante la hora que dura. Igual, no hay sexo explícito, nada grotesco ni vulgar como para que no se pueda ver. Taboo, el nombre que se le puso al espectáculo, tiene que ver con los límites que no nos animamos a cruzar, en un montón de aspectos y en la obra tratamos de atravesarlos. Obvio, de forma artística, sin vulgaridades, súper cuidados como es Flavio con las luces y los vestuarios. Pero no deja de ser una obra con mucho contacto entre nosotros", explicó Gisela después de haber posado para una producción de fotos para el sitio Ciudad.com
-Flavio Mendoza dijo que la idea del espectáculo es que, una vez finalizado el show, la gente se vaya a "practicar cómo hacer bebés". ¿Cómo manejan la energía siendo que están desnudos y deben ser verosímiles?
-Es todo sumamente profesional. Al comienzo de los ensayos, nos costó, obvio, porque la gran mayoría de los artistas no nos conocíamos y nos costaba el contacto, esto de seducirnos y transmitirlo al público. Pero con el tiempo nos fuimos aflojando, conociendo y entendiendo el mensaje de la obra. Sucede un montón que los artistas nos excitemos, porque estamos siempre con el cuerpo en contacto, y el artista está siempre a flor de piel. Mantener todo el tiempo esa emisión y recepción de distintos mensajes es un intercambio de energías muy fuerte, el público lo siente y es lo que sube la temperatura.
-¿Surgieron romances en el elenco?
-Se armaron un par de parejitas, de varón y nena ja ja. A Flavio no le encanta mucho, porque las parejas tienen sus idas y vueltas, y cuando está todo bien, fluye todo genial, pero cuando está todo mal, afecta al espectáculo, modifica ciertas energías. Pero es inevitable si los chicos se sienten atraídos.
-¿Cuál es tu situación sentimental?
-Yo estoy conociéndome con alguien, pero no quiero contar porque lo quiero preservar, no es del medio. Además, mientras uno más cuida la privacidad, resulta mejor que cuando la gente empieza a indagar.
-Después de todo lo que viviste, ¿te costó volver a confiar en un hombre y enamorarte?
-Si, ¡claro que me costó! Pero pienso que no todos los hombres son iguales, que sí hay gente que vale la pena en la vida y hay otros que son buenas personas. ¡Como mi chico!
-¿Pensás en volver a ser mamá?
-¡Me encantaría volver a ser mamá! Pero no está en mis planes inmediatos.
-¿Qué pensás del matrimonio?
-Me gustaría casarme, aunque nunca fui de esas niñas estilo "Susanita". Yo ya considero que tengo una familia hermosa y que casarse es un papel. Lo haría más por quién me lo pidiera.
-¿Qué opina tu novio de todo lo que hacés y mostrás en el escenario?
-Si sale conmigo tiene que respetar mi trabajo, mis decisiones. Obvio, que todo desde el respeto. Es más, me vino a ver dos veces a los ensayos y le encantó. Entiende mi trabajo. Si bien es más jugado, nos reímos de eso.
-¿Aprendiste algo nuevo que llevaste a tu cuarto?
-¡Aprendí un montón! Hay cosas que uno quizá no las atravesó y hay cuadros que son muy audaces en un montón de aspectos. Más allá de que uno interpreta un personaje, obvio que algo le queda a la persona o incluso uno le pone su propia impronta. Se mezcla un poco con la propia vida y está buenísimo, lo enriquece a uno como artista. Taboo me parece de lo más interesante que hice como artista, a nivel desafío. Creo que me abrió la cabeza en un montón de cosas.
-Te animarías a seguir de gira con una obra tan caliente
-Sí, obvio. Cuando acepto un desafío es porque confío en que va a ser un éxito. Es algo para entretener a otro tipo de público. Me encantaría que se de eso, porque hasta hay propuestas de hacer el espectáculo a nivel internacional.
-¿Te hacés cargo de que muchos van a tener la imágenes de ustedes sobre el escenario a la hora de la intimidad con sus parejas?
-¡Eso no lo había pensado! Es verdad. Y bueno, en algún punto pasará que nos van a llevar a sus fantasías. Está bien, porque es un poco el objetivo de la obra. Que las parejas que llevan un montón de años juntos hagan algo distinto. Libertad ante todo.
-¿Te quedan fantasías por cumplir?
-¡Un montón! Yo soy de tener mucha fantasía y poca realidad. No sé cuántas habré cumplido. No soy tan alocada como creen, soy tranquila.
-¿Tuviste intimidad con una mujer alguna vez? ¿Está entre tus deseos pendientes?
-No, nunca. Mis fantasías pasan más por determinados lugares, situaciones. . . ¡que no voy a contar! A mí si me falta el varón es imposible, me gusta mucho el hombre. De a dos ya me alcanza, no necesito a nadie más. Nunca hice un trío además porque me da miedo el después. Capaz que en el momento está bueno, no lo sé.
-¿Vale todo en una habitación con tu pareja?
-Si es consensuado, está bien. Aunque soy una persona que tengo límites, hay varias cosas a las que no accedo por nada del mundo. No pienso que valga todo, porque no creo que sea real. Yo tengo límites y en general cuando uno está con alguien que quiere, la cosas pasan más por el amor. Después, los juegos, las situaciones, más vale que todo eso tiene que estar en la pareja para que no se marchite. Cuando uno encuentra a alguien que respeta los límites que uno no se atreve a cruzar, está bueno.
-Hoy en día, ¿te bancás tener una pareja abierta?
-En mi relación actual, no hay permitidos. Nosotros dos somos exclusivos. En algún otro momento probé otro estilo de relación y no fueron los mejores ejemplos. Pasa que con la edad uno es distinto, las situaciones del pasado no fueron las ideales y luego de las experiencias que atravesé, hoy elijo otra cosa.
-¿Llegaste a participar de intercambios de pareja?
-No. Pero me pasaba que, cuando estaba sola, quizá estaba con otras personas. Lamentablemente, el machismo se lo permite al hombre, que es un genio, y la mujer si lo hace es una "trola", perdón por la palabra. Pero como toda la vida crecí en un ambiente de mujeres fuertes, me lo permití. Cuando uno está en pareja, si la regla es la fidelidad, buenísmo. Siempre fui respetuosa de eso. Pero cuando estaba sola, estaba sola y la gente de falsa moral no lo entiende.
-¿Practicás la autosatisfacción?
-Sí, claro. Creo que como toda persona adulta, en algún momento sí. Creo que es una necesidad más del hombre, porque nosotras podemos estar mucho más tiempo sin tener sexo y aun así estamos bien. Obvio que una lo hace, inclusive hasta con la propia pareja se practica. En el teatro, justamente hago un cuadro que tiene que ver con esto
-Cuando querés tener sexo, ¿le das alguna señal particular a tu pareja?
-Pasa que cuando una está en sintonía con su pareja, no necesita tanto, se da naturalmente, fluye. A mí me pasa que no necesito decir nada, ni usar ninguna lencería en particular porque él sabe, ja, ja. Aparte, con mi chico me pasa que podemos estar emponchados en pleno invierno con gorrito, bufanda y guantes, que aún así está todo bien. No hace falta nada más.
-Si te gusta un hombre, ¿vas al frente? ¿O esperás a que te venga a buscar?
-A mí me gusta esperar a que el hombre avance. Es cierto que si una está en un boliche y le gusta un chico, y a la vez ese chico te mira, alguna carita o sonrisa hacés. Pero no me animo a acercarme a hablarle yo misma. Tampoco la desesperación de ponerme delante de él con luces de led; si no se da, no se da.
-¿Cómo cuidás tu cuerpo para hacer acrobacias y mantenerte diosa?
-A nivel alimentación no soy el mejor ejemplo, tengo una re buena genética y puedo comer lo que quiera que no engordo. Es más, acabo de comer un combo completo de hamburguesa sin culpas. Tengo la suerte de no engordar, y si algún día cambia eso, estaré en problemas. Por la acrobacia, como hice mucha acrobacia de chica, y me entrené con Flavio, me doy cuenta que ya tengo el cuerpo acostumbrado, tengo los movimientos naturalizados. Entonces, a menos que sea bailar, no hago ningún tipo de ejercitación, me re cuesta ponerme. Sólo me gusta ir a patinar con amigos por los Bosques de Palermo, pero muy tranquilo y de vez en cuando.