Las secuelas del nuevo coronavirus siguen siendo una incógnita pero de a poco se revelan algunos de sus efectos. Es lo que ocurre con el Síndrome Inflamatorio asociado a Covid -19 (PIMS, por su denominación en inglés) que afecta a niños y niñas que atravesaron la enfermedad entre cuatro a seis semanas antes de manifestarse los síntomas. Éstos incluyen fiebre sostenida por más de tres días, erupción cutánea, edema de las extremidades (hinchazón de manos y pies), conjuntivitis y lesión de las mucosas (también bucal). Antes de este cuadro es muy común la presencia de síntomas gastrointestinales (vómitos y diarreas). La fase más grave llega con una afectación cardíaca (miocarditis) y shock que pueden requerir cuidados intensivos y soporte respiratorio.
Mariela Alassia está a cargo de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Niños, y es quien describe este cuadro con el que ingresaron cinco pacientes; dos de ellos requirieron internación en la terapia. Cabe recordar que ese efector de salud es referente del centro y norte provincial.
"En los países que estaban atravesando la pandemia, Europa y Estados Unidos, empezaron a realizar publicaciones relacionadas con este síndrome". El dato llamó inmediatamente la atención por cuanto se consideraba que la enfermedad se presentaba de manera leve en ese grupo etario. Del cuadro descripto se concluyó que algunos de los pacientes que "habían sufrido un cuadro leve cuatro o seis semanas atrás, desarrollaban una enfermedad inflamatoria, es decir, que afectaba a varios órganos". Allí tomó cuerpo esta entidad que algunos asimilan a un síndrome de Kawasaki light, "porque es parecido pero no es lo mismo".
En mayo la Organización Mundial de la Salud lo incorporó a las definiciones y en julio lo sumó el Ministerio de Salud de la Argentina". En el país los primeros casos se presentaron en Buenos Aires, en coincidencia con la mayor cantidad de contagios por Covid-19, y luego se trasladó al resto; también a Santa Fe. En el Hospital Orlando Alassia se registraron cinco en los meses que coincidieron con el pico de la pandemia.
"Es un síndrome", describe la médica; "una respuesta inadecuada a la infección que genera fallos en distintos sistemas y puede llevar a una amenaza para la vida". Debido a que ocurre en niños y no es muy frecuente, "es necesario un alto nivel de sospecha para hacer el diagnóstico", y por eso la importancia de difundir sus características.
En este punto, la especialista destaca el valor de las primeras publicaciones que hicieron pediatras de otros lugares del mundo para advertir sobre estos efectos entre personas en edad escolar y adolescentes. Los mismos estudios apuntan que es más frecuente en pacientes descendientes de afroamericanos o afrocaribeños.
Abordaje
"Una vez diagnosticado, el síndrome puede requerir intervenciones complejas", si bien está reportada una baja mortalidad y hay tratamientos no específicos pero que permiten mejorar el pronóstico y sostener el funcionamiento de los órganos". "Si hay reconocimiento tardío de los síntomas, sin duda que empeoran los resultados".
"El diagnóstico se hace con las definiciones que circulan por vías científicas que también están publicadas en la página web del Ministerio de Salud de la provincia y Nación. Tiene que estar esa clínica y el antecedente de que el niño tuvo Covid-19 entre un mes y un mes y medio atrás". "Es muy importante indagar en la familia" porque, como los niños hacen síntomas muy leves, la enfermedad puede pasar inadvertida. En uno de los casos que atendió el hospital, ambos padres habían sido positivos y el paciente no había tenido indicadores de la enfermedad. "Con ese antecedente se lo tomó como válido, se hizo el test de anticuerpos y dio positivo".
El tratamiento requiere de un abordaje multidisciplinario, acorde con la gravedad del caso, e involucra el asesoramiento de inmunólogo, reumatólogo, cardiólogo infantil, hematólogo y clínico. También está descripto el tratamiento recomendado en los documentos publicados por los organismos sanitarios.
En definitiva se necesita "una alta sospecha, no asustarse y saber que es de baja frecuencia; pero lo que reporta la literatura médica es que las estadísticas cambian en forma permanente", señaló la médica quien agradeció el "extraordinario esfuerzo" desarrollado por todo el personal del Hospital de Niños durante la pandemia.
"Hay que saber que los niños se pueden contagiar y pueden presentar efectos un tiempo después. Este es un síndrome raro y para quien no atiende a niños en forma habitual tal vez no lo registre. Pero fue todo un desafío para los centros de salud que recibieron los primeros casos y es bueno contarlo, porque nosotros nos enteramos a partir de la difusión de otros colegas", concluyó. (Fuente: El Litoral)