Brasil sobrepasó este viernes los 130.000 muertos por la COVID-19 al sumar 874 fallecidos en las últimas 24 horas, mientras que el número de personas contagiadas camina hacia los 4,3 millones de casos, luego de que se registraran 43.718 infecciones en la última jornada, informó el Ministerio de Salud.
En cifras totales, en el gigante suramericano 130.396 personas ya han muerto por la pandemia y 4.282.164 han sido contagiadas, según el último boletín divulgado hoy por la cartera.
Del total de infectados, más de 3,53 millones se han recuperado, el equivalente al 82,5 % de los casos, mientras que otros 621.113 continúan en seguimiento.
Las cifras indican que Brasil empieza a dar las primeras señales de ralentización, tras seis meses de luchar contra la pandemia, pero aún continúa posicionándose como el tercer país del mundo con mayor número de casos de COVID-19 y el segundo en muertes por la enfermedad.
Según los datos de las autoridades sanitarias, el promedio diario de muertes en los últimos siete días está alrededor de los 700 óbitos, la más baja desde mayo, mientras que la media de casos confirmados de COVID-19 se ubicó por encima de los 27.000.
Sao Paulo, la región más rica y poblada de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, ha sido la más afectada por la pandemia, que a la fecha deja más de 880.000 casos confirmados y 32.000 muertes, aunque en las últimas semanas los registros diarios son cada vez menores.
Eso llevó a que este viernes las autoridades anunciaran que todos los municipios entraron en la llamada fase amarilla, lo que supone que por primera vez, en todo el estado de Sao Paulo, se permitirá la operación de bares, restaurantes, comercio y otras actividades no esenciales.
<h5>Río de Janeiro pone restricciones en la playa</h5>
Río de Janeiro, que también avanza en la lucha contra la pandemia, supera los 230.000 casos confirmados del coronavirus y es la segunda región de Brasil con mayor número de muertes por COVID-19, con cerca de 17.000 fallecidos, de los cuales más de 10.000 se han registrado en la capital homónima.
Las cifras no han impedido que los cariocas, tras la reactivación de las actividades desde julio, salgan a disfrutar de bares, restaurantes y playas ocasionando aglomeraciones que hacen a las autoridades temer un rebrote de la enfermedad.
Por eso, la vida nocturna de Río, que parecía haber regresado a la normalidad que vivía antes de la pandemia, sufrió este viernes un nuevo revés tras la prohibición de que las personas puedan tomar bebidas alcohólicas en la calle después de las 22.00 hora local (1.00 GMT).
La decisión representa un duro golpe para los bares y restaurantes de la capital fluminense que obtienen sus mayores ingresos con la venta de bebidas alcohólicas que la gente acostumbra a tomar en las calles, y que apenas comenzaban a recuperarse de los estragos que dejaron los meses de confinamiento social.
La alcaldía también volvió a restringir las medidas en las icónicas playas de Río, como las de Ipanema y Copacabana, y durante los sábados, domingos y festivos, los vehículos particulares no podrán aparcar en sitios aledaños.
Para disminuir la afluencia de gente a las playas, el alcalde Marcelo Crivella dijo que está mirando la posibilidad de permitir el ingreso de público restringido a los estadios de fútbol, que está tratando el tema con los clubes cariocas.
El burgomaestre también anunció este viernes que a partir del lunes cines y teatros de la "cidade maravilhosa" podrán reabrir sus salas con el 50 % de su capacidad.