Sergio Romero, el arquero de Boca, enfrentará consecuencias tras su altercado con un grupo de socios después del Superclásico perdido ante River. La dirigencia del club ha decidido aplicar una multa económica y está evaluando la posibilidad de una sanción deportiva, cuya naturaleza aún no se ha determinado. Los hinchas involucrados también recibirán un apercibimiento.
La controversia surgió tras la victoria de River, definida por un gol de Manuel Lanzini, que desató la furia de los aficionados presentes en La Bombonera. En medio de los reproches por su desempeño, Romero reaccionó y se dirigió hacia la tribuna, donde tuvo un intercambio de palabras con los hinchas. Afortunadamente, la situación no escaló a la violencia física gracias a la intervención de otros socios y jugadores.
En una posterior rueda de prensa, el arquero, con pasado en la Selección Argentina, asumió la responsabilidad por su reacción: "Me puteó con tantas ganas que justo me encontró. Se me fue la cabeza y volví. No quería que sucediera, pero ya está. Hoy le ofrezco mis disculpas al hincha de Boca porque estuve mal con la reacción", declaró.
El desencadenante de su furia fue un insulto dirigido hacia él, lo que lo llevó a enfrentarse verbalmente a una aficionada. La dirigencia, encabezada por Juan Román Riquelme, ha analizado los videos del incidente y ha decidido sancionarlo, siguiendo un precedente de hace dos años cuando Carlos Zambrano y Darío Benedetto fueron suspendidos tras un altercado en el vestuario.
Mientras tanto, los socios que participaron en el incidente también enfrentarán medidas, incluida la posibilidad de derecho de admisión y suspensiones provisionales. La situación ha dejado una incertidumbre sobre el impacto que tendrá la actitud de Romero en el seno del plantel y su relación con el cuerpo técnico.