Todo inició durante el entretiempo, cuando el equipo de Rubén Darío Insúa ya perdía por el tanto de Jonathan Calleri, cuando un hombre desde la tribuna visitante comenzó a hacerle gestos a los simpatizantes locales.
Después todo fue empeorando, ya que un niño de 12 años no pudo contener las lágrimas y denunció que, durante el festejo del primer tanto del conjunto de Brasil, le cayó una banana desde la tribuna superior.
Cuando finalizó el partido y la gente de San Lorenzo comenzaba a retirarse, los hinchas del Morumbí gritaban "eliminados" a un palco donde estaban algunos hinchas del equipo de Boedo y una de las personas que se estaba yendo hizo un claro gesto discriminatorio como tildándolos de "monos".
Ante estos sucesos, los hinchas del conjunto argentino fueron detenidos por las autoridades locales y luego trasladados a la comisaría.
Este hecho de gravedad se volvió a repetir pese a que en la previa, San Lorenzo había pedido seguridad para los hinchas que viajaran a acompañar al equipo.
En un comunicado dirigido a Luis María Klecker, embajador argentino en Brasil, y firmado por el vicepresidente 1° Miguel Mastrosimone, San Lorenzo pidió que la seguridad cuide a sus hinchas de posibles incidentes.
"Tengo el agrado de dirigirme a usted en relación con el partido a disputarse el 10 de agosto por la Copa Conmebol Sudamericana entre el Club San Lorenzo de Almagro y el Club San Pablo. En relación al mismo, le solicito la colaboración del Consulado argentino para que Ios simpatizantes de nuestro club cuenten con custodia policial en sus desplazamientos entre estadio Morumbi y el Hotel Estanplaza Berrini", expresa la primera parte del comunicado".
Luego, se lee: "Los simpatizantes, al igual que el plantel profesional y los directivos del club, se desplazarán desde el Hotel Estanplaza Berrini sito en Rua Arizona y Foucault hacia el estadio a las 15.30 horas. Se estima la asistencia de alrededor de 700 a 1.000 simpatizantes, que se desplazaran en al menos 6 ómnibus y diversos autos particulares".