El capitán de la Selección argentina, Lionel Messi, sabe lo que es sobreponerse a la adversidad, dentro y fuera de la cancha, y la sorprendente derrota en el debut de un Mundial, como en este caso frente a Arabia Sauidta, no es algo nuevo para él, ya que su primer torneo grande con la celeste y blanca también había empezado mal, pero terminó con festejo en la final.
El 11 de junio de 2005 la Selección sub 20 que dirigía Francisco "Pancho" Ferraro abría el Grupo D del Mundial juvenil, que se disputaba en Holanda, y el rival que tenía enfrente era Estados Unidos: en los papeles, era marcada la diferencia histórica y de plantel entre ambos conjuntos. Por aquellos tiempos, la Pulga no solía jugar los 90 minutos de los partidos por el cansancio que suponía para ese pibe al que aún le faltaban dos semanas para cumplir los 18 años.
Ese debut frente a los norteamericanos lo tuvo en cancha apenas un tiempo: ingresó, con la 18 en la espalda, en el entretiempo en lugar de Emiliano Armenteros.
Para ese momento los pibes ya iban abajo en el marcador, debido a que a los 38 de la primera parte un cabezazo de Chad Barrett aventajó a los estadounidenses.
Pese a que el rosarino pudo armar un poco de juego asociado con Gustavo "Cachete" Oberman, los de Ferraro no lograron vencer al arquero Quentin Westberg y perdieron 1 a 0.
El pitazo final marcó la derrota de la Selección sub 20 argentina, que quedó sin margen de error en ese torneo y no falló: 2 a 0 ante Egipto y triunfo por la mínima frente a Alemania la clasificaron a octavos de final en el segundo puesto.
En esa instancia, los juveniles ganaron 2 a 1 frente a Colombia, 3 a 1 ante España en cuartos de final y 2 a 1 frente a Brasil en semis: el partido decisivo fue otro 2 a 1 ante Nigeria, lo que hizo que Messi culminara el certamen con el trofeo de campeón (además, se llevó el Balón y el Botín de Oro).
En Qatar, tierra donde otro conjunto juvenil argentino conquistó la gloria (el Sub 20 que dirigió José Néstor Pekerman en 1995), el inicio del Mundial no fue el esperado: ojalá, todo termine como en Holanda.