Antes de la pandemia de coronavirus, el torneo de Primera División tenía 24 equipos y contó con 115 jugadores nacidos en el exterior. Sigue siendo el promedio más alto desde entonces, con casi cinco por equipo (4,79). Después los valores cayeron: 3,46 en la Copa Diego Maradona 2020, 3,58 en la Copa de la Liga Profesional de Fútbol 2021 y 3,61 en el Torneo de la Liga Profesional de Fútbol.
Este año volvió a estar por arriba de los 4 puntos porcentuales: 4,43 % en la Copa que ganó Boca y 4,57 % en el torneo que se disputa actualmente. Si bien hay muchos jugadores que están viviendo desde hace tiempo en el país, como el colombiano Frank Fabra, quien desde que se sacó la ciudadanía argentina no ocupa cupo, en el actual mercado llegaron 25 extranjeros, en su mayoría colombianos (8) que ya están instalados como la legión más numerosa detrás de los uruguayos.
Además, en este mercado de pases se incorporaron 7 uruguayos y paraguayos, un italiano de origen argentino, un ecuatoriano y un venezolano. De todos, la incorporación más resonante es la del colombiano Miguel Angel Borja a River, después superar una traba para el giro del dinero hacia el exterior, además de rever el contrato del jugador y pactar nuevas condiciones.
El Millonario compró el 100 % por ciento del pase en siete millones de dólares, más tres años de contrato. Al jugador, de 29 años, lo sedujo la posibilidad de jugar con la camiseta de River, la vidriera a Europa o un mercado más apetecible, la chance de jugar la Libertadores y ser dirigido por Gallardo.
Ignacio Villarroel, vicepresidente segundo de River, le explicó a Clarín que aunque la situación es difícil por el valor dolar, hay dos factores que atraen a los extranjeros: "La competitividad del torneo, aunque hoy estamos en una foto en el que ese prestigio se puede perder y hay que estar despiertos para trabajar y mantenerlo. Y la otra, lo que es Argentina, Buenos Aires, Córdoba, lindas ciudades para vivir y que, más allá de los problemas que tenemos, siguen siendo atractiva para un extranjero".
"Estoy contento, agradecido a Dios por la oportunidad que me da. Creo que llego a uno de los más grandes del continente para mí. Llego al Real Madrid a América. Estoy muy contento por eso", no dudó en afirmar el colombiano en su presentación.
La otra incorporación fuerte fue la del uruguayo Diego Godín a Vélez. Las motivaciones del defensor uruguayo de 36 años son diferentes. Necesita estar en forma y actividad en la previa del Mundial de Qatar. Entonces, más allá de lo económico, lo sedujo su buena relación con el técnico charrúa Alexander Medina.
"Cuando dí el paso de venir de Europa a Sudamérica para jugar en Brasil abrí un poco más la cabeza. En este último mes recibí la llamada del Cacique Medina, con quién me une una amistad desde hace tiempo, y sé de la forma en la que trabaja, de la forma en la que viven los partidos y el día a día, y es una linda oportunidad de venir y hacer las cosas bien", explicó Godín cuando en su presentación oficial.
La operatoria en estos tiempos no es sencilla. A la hora de firmar el contrato las negociaciones entre las partes intentan ser equilibradas. Primero se fija el valor en dólares que quiere ganar el jugador por mes y luego se establece el número definitivo, que puede ser el del dólar oficial o un intermedio entre la brecha cambiaria.
"A veces ganás o a veces perdés, pero se busca acordar lo más conveniente", le confió a Clarín un dirigente de un club bonaerense, que está convencido que el fútbol argentino sigue siendo vidriera para muchos extranjeros. Los números finos en los contratos lo manejan los abogados, para que todo quede debidamente detallado.
De los 128 jugadores nacidos en otras tierras, 41 son uruguayos, 29 colombianos y paraguayos, 4 chilenos y estadounidenses, 3 ecuatorianos, venezolanos, mexicanos y brasileños, 2 bolivianos, 2 españoles, un italiano y un suizo.
De este universo, vale aclarar, hay ocho que son hijos de exfutbolistas y nacieron cuando sus padres actuaban en el exterior: los hermanos Alan y Joel Soñora, en Estados Unidos; Federico Redondo y Mateo Pellegrino, en España; Shayr Mohamed, Luca Martínez Dupuy y Pablo Bocco en México; y Dylan Gissi en Suiza. Otros dos, cuando sus padres se radicaron en el exterior: Lenny Lobato (Brasil) y Matteo Trombini (Italia). Salvo los tres mexicanos, todos hicieron las inferiores en clubes argentinos y, por ende, no ocupan cupo de extranjeros.
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