El Centro para Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomendó en febrero su uso. Antes de eso, el máximo referente en enfermedades infecciosas de ese país, Anthony Fauci, ya había incorporado el consejo: “Una mascarilla protege, dos hacen un mejor trabajo”, había dicho. Frente a las nuevas variantes, más transmisibles, países como Perú impusieron su uso obligatorio en espacios públicos cerrados, y de hecho puede verse cada vez más gente en la calle utilizando dos tapabocas.
Quienes estudian el tema a nivel local remarcan que la forma en que la que se utiliza es el factor más relevante a tener en cuenta a la hora de hablar de prevención. En pocas palabras, mejor un barbijo (de doble capa o más) correctamente colocado cada vez que salimos (bien ajustado, que cubra nariz mentón y boca, y que deje pasar y entrar aire), que dos flojos.
“Lo primero que hay que remarcar es que la mejor mascarilla, barbijo o tapabocas, es aquella que se usa y se usa bien, es decir todo el tiempo cuando se está fuera de casa, que cubre nariz, boca y mentón y que se ajusta bien a la cara. Debe ser cómodo y permitir la respiración”, expone la doctora Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Rodrigo Quiroga, investigador del CONICET y doctor en bioinformática, tiene sus reparos a la hora de fomentar su uso: “El doble barbijo, a pesar de que hay muchos que lo recomiendan enfáticamente como Fauci en Estados Unidos, tiene sus complicaciones, porque si uno genera demasiada resistencia a que pase al aire, termina saliendo por los costados, o por abajo, por algún hueco cerca de la nariz y deja de cumplir su función, y lo importante es que el barbijo filtre el aire que inspiramos y que expiramos”, explica.
En este sentido, será conveniente evaluar el uso del doble barbijo, en función de cuál sea el que utilizamos en el día a día. “A veces un solo barbijo con buen ajuste, que agarre bien en la nariz con una plaquita metálica y que ajuste bien en los costados de la cara y abajo en la pera, es más efectivo que un doble barbijo. Lo principal pasa por el tema del ajuste. Sabemos que según el material y el ajuste los barbijos filtran entre un 50 y un 90 por ciento de las partículas y eso es lo importante, que el aire pase a través de la tela del barbijo y cumpla esa función de filtrado”, agrega Quiroga.
En la misma dirección apunta Leda Guzzi, quien expone dos estrategias que se pueden aplicar para mejorar la calidad del tapaboca: “La primera es mejorar el ajuste, es decir, que no haya resquicios o huecos entre la piel y la máscara, por donde el aire cargado de gotitas respiratorias pueda entrar o salir. Este factor es decisivo y parece incluso ser más importante que el tipo de tela de la mascarilla”, advierte.
“El segundo es mejorar la filtración, para esto se pueden aumentar las capas de tela (el mínimo deben ser 2 capas), o usar un doble barbijo”, agrega.
Cómo combinarlos
Para quienes quieran implementar esta medida, hay algunas cuestiones a tener cuenta. “Es importante saber que el uso de dos barbijos no debe dificultar la respiración y no debe obstruir la visión”, explica Guzzi.
Por otra parte, hay que prestar atención a la correcta entrada y salida del aire: “No está recomendado el uso de dos barbijos quirúrgicos, o de uno quirúrgico y un KN95 ya que dificulta la respiración y no mejora la eficacia”, agrega.
La correcta manera de usarlo es colocando un barbijo de tela sobre uno quirúrgico. “Según un estudio publicado el 16 de abril en la revista JAMA, esta es la combinación que maximiza la eficacia de filtración, llevándola de un 66% a un 81%”, sostiene.
¿Cuándo utilizarlos?
Otra de las pautas a tener en cuenta es la situación idónea para usarlos. No es lo mismo salir a dar una vuelta al aire libre, que permanecer varias horas junto a otras personas en un lugar puertas adentro.
“El uso de doble barbijo se recomienda especialmente para situaciones de mayor riesgo de exposición al virus, como por ejemplo cuando se concurre a lugares cerrados como supermercados, farmacias o cuando se utiliza el transporte público”, sostiene la infectóloga.
En este sentido, Guzzi aconseja: “Para uso comunitario puede utilizarse un barbijo quirúrgico, los barbijos del CONICET son una excelente alternativa, y sino un tapabocas con al menos dos capas de tela de media o alta densidad, con buen ajuste y cobertura de nariz, boca y mentón. Es suficiente, para la mayoría de las situaciones, un barbijo bien colocado y con buen ajuste”, concluyó a Clarín.
Las pruebas con uno o dos tapabocas
Los investigadores del Centro para Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, llegaron a la misma conclusión luego de probar el nivel de las fugas de aire con un barbijo quirúrgico anudado y bien ajustado sobre la cara. La conclusión fue la misma: el correcto ajuste no permite que se escape el aire.
Mientras que la mascarilla no anudada y la de tela bloqueaban apenas el 42 y el 44,3 por ciento respectivamente de los aerosoles expulsados por una tos, la combinación de ambas incrementaba la proporción hasta el 92,5 por ciento.
En otro experimento se vio que la exposición a una persona infectada que no lleve mascarilla se reduce en un 83% usando doble tapabocas y en un 64,5% con uno ajustado al rostro.
"Eso quiere decir que estas mascarillas funcionan y que lo hacen mejor cuando están ajustadas y llevadas correctamente", valoró Rochelle Walensky, la directora de los CDC, durante una conferencia de prensa.