Diego Maradona falleció este miércoles pasado el mediodía producto de un paro cardíaco. Si bien se fue de este mundo entregando un sinfín de recuerdos imborrables para todos los amantes de la pelota, en la memoria de corto plazo nos dejó una última imagen donde no se lo vio de la mejor forma.
El 30 de octubre, justo el día de su cumpleaños, fue la última vez que pisó el verde césped de una cancha de fútbol. Estuvo en duda hasta último momento, pero finalmente asistió al Bosque para recibir el homenaje que la Liga Profesional le había preparado por su cumpleaños 60. Chiqui Tapia y Marcelo Tinelli le entregaron una plaqueta y luego, como pudo, acompañado por dos hombres que lo ayudaban, se fue directo al vestuario. No dirigió el partido en el que el Lobo venció a Patronato y tuvo que regresar a su casa, ya que no se sentía de la mejor forma.
Después vino la historia ya conocida. Primero su internación en La Plata, el posterior traslado a la Clínica Olivos y luego la operación por el hematoma subdural que azotaba su cabeza.
Ya con la cirugía terminada y el alta recibida, surgió la que terminó siendo su última foto pública. Fue junto a Leopoldo Luque, su neurólogo de cabecera, quien después de lanzar a las redes la imagen tuvo que salir a pedir perdón por el enojo que despertó en la familia.
"Primero quiero ofrecer disculpas a quienes se sintieron ofendidos. Jamás tuve la intención de generar algún tipo de conflicto. (...) ?Pensé que era una imagen que iba a borrar la otra que había dejado Diego el día del partido contra Patronato. Porque realmente está fantástico ahora", había aclarado en su momento Luque.
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