Esta vez el escenario no fue el mismo. El estadio auxiliar Johan Cruyff, que ahora como el anterior Miniestadi fue demolido, utilizado para algunos entrenamientos del Barcelona, fue abierto a los hinchas en un acto habitual en cada comienzo de año y en la víspera de la celebración de los Reyes Magos.
El día después del primer partido del año, que terminó en un agridulce empate 2-2 en el clásico contra el Espanyol, los dirigidos por Ernesto Valverde recibieron el cariño de casi 6000 hinchas que se hicieron presentes para observar los movimientos de sus ídolos. Estuvieron todos a excepción de los lesionados Marc-André ter Stegen, Ousmane Dembélé y Arthur Melo, que se quedaron en el gimnasio siguiendo su plan de recuperación.
Mucho frío acompañado por el intenso viento en el invierno europeo no privó a los fanáticos de asistir al encuentro. Tras una vuelta al campo para saludar a los hinchas que estaban en todos los sectores de las tribunas, fue el comienzo de la actividad que siguió con la entrada en calor, antes de un partido en espacios reducidos.
Leo Messi, como no podía ser de otra manera, fue el más ovacionado por parte de los chicos que se encontraban en las tribunas de la cancha del Johan Cruyff. Pero la buena acción del conjunto catalán no termina ahí, ya que tras el entrenamiento, tendrá lugar la visita a los hospitales para desear unos buenos Reyes Magos a los chicos que por alguna enfermedad se encuentran internados. Para aplaudir..