La carrera se disputó el 1 de octubre del último año, pero recién ahora se dio a conocer la pena para el competidor que en su momento fue cazado por las cámaras y luego reconoció la infracción. Fontayne fue castigado por "violación deliberada de los reglamentos federativos", "incumplimiento al honor y la integridad" y por "un comportamiento que atenta a la imagen, la reputación y los intereses del ciclismo o de la Federación".
Así, no podrá participar en competencias directa o indirectamente ligadas a la Federación y recién podrá volver a las pistas en 2022.
En su momento, el ciclista justificó su accionar y dijo que lo hizo para "competir en igualdad" con sus rivales que utilizaban "diversos métodos de dopaje".