Diosa escultural por cada uno de sus extremos, Celeste Muriega (26) está en pareja con Alejo Clérici, uno de los grandes amigos de Diego Maradona, comienza la charla recordando su infancia. "Por una diferencia de días no fui española. Mi familia vivía allá, mi hermana enfermó de mononucleosis, no la atendían y nos vinimos con mamá. Al tiempo también se volvió papá, y finalmente dejaron la carrera artística que habían hecho en Europa. Mi hermana se terminó dedicando al gimnasio, a todo lo del tema del deporte, y yo a lo artístico. Cada una sacó cosas diferentes de lo que ya habían hecho mis viejos en su momento. Mis padres aman lo que hago y es increíble cómo me ayudan desde el día uno, que dije que quería dedicarme a bailar y cantar. Mi debut fue a los seis años, en San Pedro, haciendo un adagio con mi papá, para un Día del Niño, con tres mil personas que me estaban mirando. Me acuerdo de que me pagaron con una hamburguesa de un local de comidas rápidas. A partir de ahí le perdí el miedo a todo. Hice varias cosas con mi padre hasta que conocí a mi primer novio, que era brasileño".
-¿Tuviste varios novios extranjeros?
-Mi segundo novio era español, y después vino Alejo, que viajaba a Dubái. De hecho, con uno de ellos me fui a trabajar a Lisboa, y había planes de que me quedara ahí. Allá fui parte de un canal de televisión muy importante, pero no suelo contarlo porque no sé si en Argentina interesa lo que uno hace en otro país. Pero fue una experiencia hermosa poder salir, cobrar en euros y que se me valorara artísticamente en otros lugares. Pero extrañaba mucho la calidez de la gente de nuestro lugar, lloré mucho. Estuve unos cuantos meses, pero no aguanté y me volví. Y Alejo se fue un año y pico cuando tuvo que trabajar con Diego Maradona en Dubái, pero lo pudimos sostener bien, eso fue lo importante.
?¿Alejo está viajando? Se dice que hubo un cortocircuito con Diego
-Ahora Alejo está acá. En unos días lo estaré viendo porque viajo para su cumpleaños, a mediados de mes, a Mar del Plata. No hubo un quiebre entre él y Diego, no es como se dice. Las peleas nunca existieron. Siguen siendo amigos, tienen una amistad muy linda. Se llevan bárbaro y se mantienen mucho en contacto telefónicamente.
-¿Cómo conociste a Alejo?
-En un boliche. Yo cumplía años y lo festejé con una amiga. Ella era muy amiga de Alejo, pero para mí sólo era un nombre. Me acuerdo de que mis amigas, promotoras, conocidas, todas decían que querían ir a su cumpleaños. Y cuando festejé mi cumple, fui a ver a mi amiga, yo estaba recién separada, no tenía ojos para otra persona ni tenía ganas. Me acuerdo de que ese día lo saludé por respeto y empezamos a hablar. Coincidimos en otro lugar al día siguiente, seguimos charlando y me dijo que me tenía que hacer el regalo de cumpleaños. Mi teléfono se había caído, estaba hecho un desastre y cuando hicimos intercambio de números, me dijo que ya sabía qué regalarme, quería estar bien comunicado. Y, a partir de ahí, fue muy raro
-¿Por qué?
-Porque cuando un hombre te regala algo, también pretende otra cosa. Te invita a comer o algo así, y pensé que iba a pasar lo mismo. Después de ahí no nos vimos más ni tampoco hubo insistencia de ninguna parte. Me resultó raro y eso me gustó porque salía de lo cotidiano. Tuvimos nuestro tiempo para conocernos, todo telefónico. Hasta que, como tenemos amigos en común, empezamos a hacer salidas grupales y todo fue fluyendo, muy de a poquito. Y de una amistad pasamos a salir juntos. Yo viajé para allá después de que concretamos nuestra relación. Conocí un montón de lugares y compartimos con Diego y Rocío Oliva.
-¿Te cayó bien Rocío?
-Sí, actualmente no tengo una relación con ella, pero los tiempos que compartimos fueron agradables. Había buena onda pero nunca hubo una relación de amistad.
-¿Con Verónica Ojeda sí llegaste a tener buena onda?
-Sí, también.
- dijo que Rocío no lo cuida como sí lo hacía Verónica
-No hay que meter a otras personas. Diego es una persona grande que decide por sí sola. Siempre, también, se lo responsabilizaba a Alejo de las cosas que podía a hacer Diego, y no tiene nada que ver.
-¿Y tu casamiento, se viene?
-Es una pregunta que todos nos hacemos. Para él, tal vez, no es tan importante. Para mí sí, porque sé que en algún momento lo voy a hacer. Hay que ver cuándo le pintan las ganas. Ahora estamos con la convivencia y disfrutamos mucho eso.