Comenzó desde abajo, poniéndole un gran empeño al estudio. Fue subiendo peldaños, dando pasos cortos pero firmes. En el medio se le cerraron puertas y tuvo que lidiar con situaciones desafortunadas y, por no acceder, todo le costó el doble. Sin embargo, tanto empeño y determinación para llegar a su objetivo, el ir a una audición y a otra sin bajar los brazos y creyendo en ella misma, tuvieron su recompensa. Un año que arranca de la mejor manera y que será difícil de olvidar para Celeste Muriega (27), una de las morochas más bellas y talentosas de la Argentina. Instalada en Mar del Plata, mira a todos desde arriba. Celeste es parte de Liberate, la obra que encabeza Lizy Tagliani y que arrasa en las boleterías.
-¿A qué le atribuís el éxito de la obra?
-Estamos muy contentos y felices por el éxito que está teniendo Liberate. Por una cuestión laboral de Lizy, nosotros arreglamos estar solamente cuatro días en la semana y competir con obras importantísimas, algunas que están de lunes a lunes, y estar en el podio, en primer o segundo lugar, es una felicidad enorme. Hacemos funciones de 400 personas para arriba y eso nos llena de orgullo. Con Lizy tengo una relación laboral muy linda y esa relación la mantenemos afuera. Por eso me alegro por su éxito, que en definitiva es el mío también. Ella está pasando por el éxito absoluto y acompañarla me pone muy contenta.
-Sos bailarina, pero en otras obras, como en esta, también actuás, ¿no te dan ganas de hacer cine o alguna tira en televisión?
-El baile es mi vida, es como respirar. Pero sí, yo no le digo que no a ningún trabajo. Siempre arriba del escenario tuve que hacer actuación, cantar, cosas que estudié, no es que lo hago improvisado. Pero, como decís, mi profesión es ser bailarina.
-Jugando con el título de la obra, ¿sentís que tenés que liberarte de algo?
-Gracias a Dios siento libertad todo el tiempo. Creo que desde ahí a uno lo impulsa a hacer lo que más te gusta, sin limitarse por el qué dirán. Todas las personas que tengo a mi alrededor son positivas y me ayudan a avanzar, eso es liberarse. El título de la obra hace alusión a eso de manejarse de una forma muy liberal. Mostramos la vida de Lizy desde que arrancó hasta ahora de forma abierta. Nosotros intervenimos en esa historia de vida pasando por diferentes emociones. La gente se ríe, se emociona. La obra deja un mensaje muy lindo.
-¿Podés disfrutar del éxito que estás teniendo o sentís que, al contrario, esto te pone la vara más alta para lo que viene?
-Creo que no hay que decir "estoy en mi mejor momento", porque siempre pueden venir mejores y tenés que estar preparado para eso. Está bueno disfrutarlo, pero siempre teniendo una meta por delante, para no sentir que ya está, que está todo logrado. Me encanta crecer en todo y hacer cosas nuevas. Ahora estoy haciendo los móviles para Desayuno americano y me re copa. La tele, más teatro, ¡es soñado! Una cosa ayuda a la otra. La tele es masiva y el teatro tiene otros condimentos, por eso me gusta mezclar, creo que ayuda y va de la mano. Nunca estoy satisfecha en la vida y siempre tengo la necesidad de seguir creciendo.
-Tu novio, Alejo Clérici, es parte de ese entorno que decís, ¿cómo viene el romance?
-Estamos muy bien, hace casi cuatro años que estamos juntos. Primero superamos las distancias, y encaramos la convivencia. De a poquito seguimos avanzando. El de a poquito fue aprendiendo a tener una relación, a tener una pareja y compartir cosas de a dos. Él no estaba acostumbrado a esto y fue como algo nuevo. Yo estoy enamoradísima y tengo ganas de mañana formar una familia con él y seguir avanzando a su lado.
-En alguna oportunidad dijiste que incluirías a otra mujer en la cama por el bien de la pareja, ¿la fantasía ya fue cumplida?
-Es que no fue así. No quiero culpar a la prensa, pero ustedes son tremendos con tal de poner un título picante. A Alejo le alcanza y le sobra conmigo. No incluiría a nadie en la cama y no comparto a mi novio ni loca.