La semana pasada dieron vuelta al mundo unas imágenes curiosas desde Uruguay. En la final de la Cuarta División del Departamento de Melo, un árbitro provocó risas e indignación por entrar a dirigir en claro estado de ebriedad.
El juez en cuestión se llama Raúl Mariño, y este martes anunció mediante una carta que abandonará la profesión. En el mensaje, entregado primero a la dirigencia de Cerro Largo y difundido después por el diario El País, el colegiado admitió su error y pidió disculpas por lo ocurrido.
A su vez, aclaró que él no golpeó a nadie y denunció que fue agredido por dirigentes y jugadores, alegando que tiene pruebas. De paso, sacó chapa de que el partido pudo finalizar correctamente y sin errores destacables.
"No me encontraba en plenitud de mis facultades por haber ingerido un poco de alcohol en la madrugada anterior, en una fiesta particular. Me presenté a dirigir este encuentro y no debí hacerlo, no estaba del todo bien, soy consciente del hecho", escribió Mariño, a quien el test de alcoholemia posterior al encuentro le dio 1,5 en sangre, lo que motivó que terminara detenido.
"Fui violentamente golpeado, presentando heridas constatadas por médico forense, de las cuales presento documento fotográfico", reveló el colegiado.