Cuando más complejo pintaba el panorama para una selección argentina que jugaba con diez por la expulsión de su capitán al filo del primer tiempo, Ángel Correa apareció con un gol para dar esperanza y Jonathan Calleri acabó la que tenía Argelia, que cayó por 2-1 pero se fue ovacionada.
El triunfo de la Albiceleste en un partido eléctrico le da sus primeros tres puntos en el grupo D, que domina con seis una rocosa Portugal, y le obliga a jugarse la vida en pos de la clasificación a cuartos de final este miércoles, frente a una Honduras que también tiene tres pero se ha ganado adhesiones por su juego vertical.
Argelia se fue al vestuario con la amargura de haber desperdiciado tres oportunidades claras de gol en el primer tiempo y de vuelta, apenas a los 47 minutos, Argentina se encontró con un tanto de que parecía el suficiente para sacar de la deriva al equipo de Julio Olarticoechea.
Si las cosas no iban bien para los argentinos, empeoraron en el tercer minuto de adición cuando el capitán Víctor Cuesta vio la segunda cartulina amarilla.
En el segundo tiempo y tras el gol de Correa, Argentina pareció relajarse y la formación africana, sin pausa, se volcó sobre la portería de Gerónimo Rulli, tan activo hoy como en el partido contra Portugal.
Sofiane Bendebka aprovechó un despiste en las marcas y tocó suave ante la desesperada salida del arquero. Fiesta en el Engenhao.
Jonathan Calleri pudo terminar como un villano al perderse, solo frente a un vencido Farid Chaal, a los 69 minutos, la oportunidad de anotar. Pero la redención le llegó un minuto después en otro contragolpe.
Argentina aguantó, como para evitar la zozobra. Y el fútbol en los Juegos Olímpicos ganó con uno de sus más emocionantes partidos.