Luego de un primer cuarto parejo, el dueño de casa sacó a relucir su jerarquía, y teniendo como punto clave los rebotes, inclinó el juego a su favor. El resultado final fue de 90 a 53 para las europeas. Mañana, por semifinales, Argentina se medirá ante Bielorrusia.
El encuentro inició mejor para las dueñas de casa, que haciendo valer su diferencia de talla cerca de los canastos, se dispararon arriba en el tanteador por 10-2 en los primeros dos minutos y medio.
Sin embargo, un cambio de defensa por parte de las nuestras, sumada a una continua rotación de jugadoras, fue un buen remedio, que complicó al adversario e hizo ganar en confianza a Las Gigantes, que poco a poco fueron recuperando terreno.
De esta manera llegaron dos abajo (9-11) tocando el quiebre del cuarto, para equiparar las acciones en 11 a falta de cuatro minutos, con un buen pasaje de Gisela Vega, y una defensa zonal que puso en jaque a las orientadas por Granier.
Si bien el cierre fue para las europeas, la brecha al momento de ingresar al segundo capítulo fue escasa (15-18).
Ese segundo capítulo se dividió en dos. Por un lado, la prolongación de su antecesor, con Débora González siendo la manija celeste y blanca (5 unidades en este segmento), dentro de un esquema defensivo ordenado y altamente rendidor, que seguía poniendo a nuestras chicas a tiro (20-24).
Por el otro, y con el reingreso de la artillería pesada francesa, poco a poco la balanza se fue inclinando decididamente hacia su lado, por oficio de Gruda para ordenar, y por puntería de Miyen y Ayayi, las cuales combinaron 10 unidades (6 y 4 respectivamente), apuntalando los minutos que entregó Ciak (otros 4).
Argentina llegó al promedio del periodo cayendo por nueve (20-29), y pese al tiempo muerto solicitado por Cristian Santander para reorganizar, Francia continuó alejándose, haciendo uso de todo su repertorio y marcando una clara diferencia en los rebotes (32-12 al finalizar el primer tiempo).
Las criollas siguieron intentando, sobre todo con rompimientos, y con mucha actitud frenaron a su rival. Un par de recuperos sobre el cierre les permitieron quedar a 20 puntos de diferencia (26-46) al momento de ingresar al descanso largo.
El regreso de zona de vestuarios no trajo cambios sustanciales al cotejo. Si bien la celeste y blanca buscó con posesiones cortas descontar, ya sea por lanzamiento o penetración, del otro lado su adversario supo contestar bajo la conducción de Dumerc y la experiencia de Gruda, dejando una distancia de 25 puntos en los primeros dos minutos (26-51).
Teniendo como punta de lanza a Macarena Rosset, ofensivamente Argentina siguió apostando a los rompimientos como primera carta de anotación, aunque los relevos defensivos lograron contener esos embates, y sobre el promedio del cuarto el cuadro galo se separó por 30 tantos (33-63).
De allí al final del periodo el trámite sufrió una meseta, anotándose apenas seis puntos, siendo claro negocio para quien manejaba los hilos del match. Con Las Gigantes abajo, 37-65, se iniciaron los últimos diez minutos.
En ese cuarto capítulo ninguno de los dos elencos decidió bajar el ritmo de movida. Mientras que las nuestras mantuvieron su plan de correr, penetrar, y utilizar pocos minutos de posesión, del otro lado, bajo una rotación completa, las del viejo continente contestaron de igual forma, haciéndose de ida y vuelta el encuentro.
Ya desvirtuado, con una diferencia definitoria, los últimos minutos sirvieron para que el público local aliente a quienes a la postre les darían su boleto a Río 2016. Por el lado argentino, el cuerpo técnico mantuvo la rotación, pensando en el duelo semifinal de mañana ante Bielorrusia, apuntando a la quinta y última plaza disponible para los Juegos Olímpicos.
Dando una mejor imagen que ante Turquía, nuestras chicas finalizaron el juego sabiendo que la posibilidad sigue intacta, y que mañana será a todo o nada ante Leuchanka y compañía.
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