Era una difícil excursión la de Barcelona en tierra andaluz. Aunque Sevilla no venía bien, apenas un triunfo de seis, representaba un duro obstáculo para el equipo de Luis Enrique, debilitado por las ausencias, sobre todo las de Lionel Messi y Andrés Iniesta, lesionados en los últimos dos partidos. Y, finalmente, lo fue: los catalanes perdieron 2-1, en su segunda caída en la Liga española, y desaprovecharon la chance de treparse a la punta.
Pese al resultado final, el equipo catalán tuvo las chances más claras en el primer tiempo del partido y mereció irse arriba en el marcador. La reaparición de Claudio Bravo en el arco le dio al equipo de Luis Enrique la seguridad que le estuvo faltando últimamente con Ter Stegen. El chileno se lució en algún mano a mano y en pelotas paradas en las que el local hizo pesar su poder aéreo.
Las oportunidades más claras de la etapa, quedó dicho, fueron igualmente del equipo catalán. La más importante, a los 22 minutos, cuando Neymar ejecutó un tiro libre por una falta que le habían cometido a él mismo en la entrada del área. La pelota, luego de su brillante remate, pegó en el palo, dio en la espalda del arquero Rico, otra vez en el palo, y recorrió toda la línea sin que Piqué, que había ido al rebote, pudiera empujarla.