Las Juanitas nació en Gualeguaychú por una necesidad y porque sus integrantes percibieron el vacío que existe para aquellas mujeres que son golpeadas y que no pueden dejar sus casas porque no tienen a dónde ir, e irremediablemente deben continuar conviviendo con el agresor, señala un informe publicado por el diario <i>El Día</i>.
Sentadas alrededor de la mesa de la cocina de la casa de Claudia Fiorotto, Las Juanitas contaron sus anhelos con respecto a esta agrupación civil que pretende transformarse en una ONG para crecer y lograr esas metas que se propusieron hace poco más de un año atrás cuando ayudaron a la primera mujer víctima de la violencia de género.
"Somos un grupo de amigas y el año pasado nos enteramos del caso de una persona y nos juntamos tratando de ver cómo la podíamos ayudar. Creo que así fue como empezamos. Y nos dimos cuenta que si bien hay organismos oficiales que dicen tratar el tema en realidad no dan respuesta", manifestó Fiorotto.
Se definen como un grupo apolítico, a pesar de que el esposo de Fiorotto es Marcos Henchoz, ex precandidato a Intendente. La mujer aseguró que la vida política de su marido nunca se entrometió dentro de la labor de Las Juanitas, porque no lo permiten. Y es justamente el ser apolíticos lo que le da luz verde para criticar el accionar de los organismos estatales, que según ellas, "no dan respuestas".
"Nos hemos dado cuenta que el peligro latente de la mujer es en su propia casa y hasta que ese peligro latente pueda ser subsanado, esa mujer tiene que salir de ahí. ¿Pero a dónde va? Tiene que haber un lugar de contención, bien preparado, con profesionales adecuados, con medios adecuados. ¿Por qué una chica que sufre violencia de género no deja su casa? porque no tiene a dónde ir con sus hijos. Porque tal vez la mamá, el papá, la amiga le pueden dar resguardo dos o tres días, y después tiene que volver a donde está el golpeador", explicó Fiorotto como preludio a la respuesta que encontraron.
"Ninguna de nosotras es experta en la materia, pero sin embargo tenemos mucha lectura y la casa refugio es algo que se da en varios ámbitos del país. Cuando propusimos lo de la casa refugio nos dijeron que era un proyecto para perros. Esa fue la respuesta de una de las asistentes sociales de la Municipalidad", exclamó Silvia Romero, otra de las integrantes, todavía no pudiendo digerir la respuesta de la asistente.
"Dijo que nuestro proyecto parecía orientado más a algo para perros. Con gran asombro, el día de la marcha (Ni una menos) escuchamos a esta misma persona hablar de la casa refugio que era algo que iban a hacer ellos. Sin querer entrar en polémica y crítica hacia nadie, vos no podés tratar algo tan delicado como es la violencia de género de 8 a 12 y detrás de una oficina. Esto tiene que tener una guardia permanente, que es lo que nosotras hacemos", agregó Fiorotto.
<i>Cómo funcionan</i>
"Las chicas que hemos asistido están bien. Hoy están contenidas, pero nuestro método es visitarlas semanalmente. Ver cómo están, qué necesitan, y si precisan algo algo se compra. Se hace una vaquita entre todos. Los autos lo ponen las chicas. El dinero sale de los propios bolsillos. En un año, más de 15 chicas hemos ayudado, que hoy están bien", relató Romero.
Todas están ligadas a este tema desde distintos puntos, ya sea por sus actividades diarias o por profesiones, ninguna escapa a no enterarse de una situación de violencia que se haya presentado, "por algún lado nos enteramos". Y uno de esos lugares es el Hospital. Porque es ahí a donde concurre en primer lugar la víctima, que llega con la excusa de "me choqué con el placard, me pegué con la puerta, me caí de la escalera".
"Dentro del grupo hay enfermeras y obstetras, entonces la información muchas veces nos llega o el pedido de ayuda a través de esta gente que trabaja en el hospital, que ha visto en nosotros la rápida respuesta y la eficiencia", señaló Fiorotto.
<i>La Comisaría de la Mujer</i>
Debería ser el primer lugar de acogimiento, pero termina siendo el espacio donde se revictimiza a la mujer golpeada. "Vos de nuevo acá" o manifestaciones de estas características han escuchado decirles Las Juanitas a las funcionarias policiales cuando acompañan a las víctimas a realizar una denuncia. "Han salido chicas llorando de ahí que nos llaman por teléfono para que las acompañemos", mencionó otra de Las Juanitas.
Por situaciones como esta, muchas veces las víctimas de violencia de género no denuncia, porque no encuentran el lugar adecuado para hacerlo. El remedio momentáneo es concurrir directamente a Fiscalía, donde dependiendo de la situación, el fiscal puede solicitar una restricción y esto origina que no sea la mujer la que deba abandonar la casa.
<i>Cómo actúan</i>
"Nuestro teléfono circula por todos lados en el hospital. Tenemos una página de Facebook que se llama Las Juanitas, donde están nuestros teléfonos. Cuando aparece un caso nos comunicamos por whatssap y la que se encuentre disponible en ese momento va al lugar", explicó Fiorotto.
Pero Las juanitas no es solamente para ellas. Están sus esposos, parejas, amigos que se autodenominaron Los Juanitos, y atienden los casos donde es necesaria la intervención masculina. "El varón también es víctima de violencia. La violencia de género a la mujer es física o psicológica, mientras que la violencia de género hacia el hombre no es tanto física pero si es psicológica y el hombre no denuncia".
<i>Botón antipánico</i>
"Tenemos la aplicación del botón antipánico para los celulares que se llama Ni Una Menos. Quien lo quiera le enseñamos a aplicarlo. Nos llega a nosotras. Los chicos de la Universidad de Santa Fe nos ayudaron a realizarlo", manifestó Romero.
Agregó que el botón antipático se baja al celular como cualquier otra aplicación y funciona apretando varias veces el botón de encendido. Luego le aparece en los celulares de Las Juanitas la persona que le está solicitando el auxilio con las coordenadas del lugar donde se encuentra.