San Antonio aguantó el duelo hasta que terminó el primer tiempo. Al regreso del descanso largo, a puro cachetazo, Chicago Bulls lo sacó de la cancha y le hizo bordear el ridículo. Primer fue un parcial de 7-0 (53-40) El DT Gregg Popovich intentó frenar el despegue del local con un tiempo muerto pero fracasó.
También, el entrenador, como otro recurso, mandó a Manu Ginóbili a la cancha, pero tampoco resultó: otro parcial de 18-6 llevó a Chicago a tocar la máxima diferencia, de 25 puntos (73-48). La soledad anotadora de Kawhi Leonard (16 puntos en la primera parte) era insuficiente para ponerle un dique al buen trabajo de los Bulls.
Especialmente en defensa, con Pau Gasol asegurando el rebote (17) y dominando a Tim Duncan, más el aporte de Taj Gibson (15 puntos, 9 tableros y 4 tapones) para cerrar la zona, Chicago construyó su triunfo también apoyado en un inspiradísimo Derrick Rose (22 y 5 asistencias), que metió un puñal arriba de otro en ataque.
Cuestionado por el récord (27-16) y dos derrotas consecutivas, el entrenador Tom Thibodeau levantó la cabeza, mientras algunos no ponen en la cuenta la ausencia desde hace 10 partidos de Mike Dunleavy y en tres de Joakim Noah, ambos lesionados.
Popovich, finalmente, sacó la bandera de rendición bien temprano y apenas trató de hacer más digna la derrota con el empuje de los suplentes, en un partido para olvidar rápidamente.
San Antonio (27-17, séptimo del Oeste) venía de una racha de cuatro triunfos seguidos pero ante los Bulls sufrió la peor derrota de la temporada, superando ampliamente la que sufrió ante Portland por 13 de diferencia. Ginóbili (2 puntos, 1-6 de cancha, 1 asistencia, en 18 minutos), como el resto, lució desconocido, salvo por una asistencia de faja a Patty Mills, en el primer cuarto.
Los Spurs jugarán en noche consecutiva este viernes, de locales, ante Los Angeles Lakers, que no contarán con Kobe Bryant, lesionado en el hombro derecho y que será baja por tiempo indefinido.
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