Como habitualmente ocurre en la Copa Libertadores, los hinchas brasileños se reunieron en la puerta del hotel donde descansaron los jugadores del equipo rival y, con bombas de estruendo, intentaron molestar a los argentinos en sus horas de descanso.
Durante toda la noche, la torcida local, que hoy apoyará al seleccionado alemán, se encargó de hacer ruido durante toda la noche para presionar y advertir sobre el ambiente que se vivirá en el estadio Maracaná.
Lejos de sentirse intimidado, Martín Demichelis escribió en su cuenta de Twitter que sus esfuerzos fueron en vano: "Aunque nos hayan tirado bombas hasta las 4 de la mañana para no dejarnos dormir.hoy unidos 40.000.000 por la gloria!!"