El domingo pasado, una tragedia conmocionó al público presente en el Hipódromo de Rosario durante la tercera carrera del día. Un caballo de carrera sufrió una brutal caída que le causó la fractura de sus dos patas delanteras, lo que llevó a que fuera sacrificado en el mismo lugar del accidente. El incidente ocurrió cerca de las gradas, donde los espectadores pudieron ser testigos de la dramática escena.
En pleno trayecto hacia la meta, el caballo perdió el control y se desplomó, lanzando al jinete al suelo. Afortunadamente, el jockey resultó ileso, pero el animal quedó incapaz de levantarse debido a las graves lesiones sufridas. En un video que circuló rápidamente en redes sociales, se observó cómo el caballo, ya inmovilizado, intentaba en vano pararse, mientras los médicos veterinarios preparaban su sacrificio.
Oscar Barattucci, entrenador de la víctima y hijo del reconocido jockey Ángel Barattucci, explicó a La Capital que una fractura expuesta de este tipo es irreparable. “Cuando un animal de gran porte tiene una fractura expuesta no tiene ninguna otra solución, hay que sacrificarlo", indicó. El procedimiento fue rápido y respetuoso con el bienestar del animal. "Lo dormimos con una inyección eutanásica y lo retiraron en una carreta especial en cuestión de minutos", relató el entrenador.
Además, explicó que las fracturas expuestas, donde el hueso sale al exterior, son imposibles de tratar de manera efectiva. Un intento de enyesado podría causar gangrena o infecciones, lo que llevaría al animal a una muerte dolorosa. “El caballo no puede estar colgado en reposo cinco o seis meses. Lo que se hace en estos casos es aliviarlo de su sufrimiento de manera inmediata”, detalló Barattucci.
A pesar de la tragedia, el entrenador resaltó que este tipo de accidentes no son comunes, con una o dos fracturas expuestas por año en las competiciones del Hipódromo de Rosario. En casos menos graves, cuando se trata de fracturas simples, se opta por el tratamiento conservador, enyesando y esperando la recuperación del animal.