La variante Delta esa es la principal preocupación que aqueja al gobierno nacional por estas horas. Surgida en la India, la nueva cepa que está generando un fuerte impacto epidemiológico en Reino Unido, Rusia y Estados Unidos, provocó un cambio en la proyección sanitaria.
En el último Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) el Presidente decidió sumar restricciones en el control de las fronteras y limitar el ingreso de pasajeros al país. El cupo, que estaba en 2000 personas por día, se redujo a 600. Además, estipuló que quienes regresen del exterior entre el 1 de julio y el 31 de agosto, van a estar obligados a aislarse en los lugares que determinen los gobiernos locales durante 10 días.
Las nuevas medidas tienen una explicación epidemiológica. La variante Delta es supercontagiosa y podría generar una tercera ola de casos durante el invierno en caso de que comience a haber una circulación comunitaria del virus en el país.
Frente a ese potencial escenario en el Ministerio de Salud empezaron a estudiar la posibilidad de darle prioridad al cierre del esquema de vacunación de las personas mayores de 60 años. El objetivo es concreto: aumentar la inmunización en uno de los grupos de riesgo más voluminoso.
Evalúan acortar el período de tres meses, dispuesto por las autoridades sanitarias entre la primera y la segunda dosis, exclusivamente en esa franja etaria. Se trata de la inoculación de cerca de 4.000.000 de personas a las que se les daría prioridad.
Mientras tanto, la voluntad del Gobierno es continuar con la aplicación de la mayor cantidad de primeras dosis. De esa forma, entienden, achicarían la circulación del virus y en términos cuantitativos tendrían más personas vacunadas.
En Argentina hay cerca de 7.500.000 de personas que tienen más de 60 años. Faltan la mayor parte de las segundas dosis. Con vacunas en el país, el ritmo de vacunación aumentó. Según reportó la Casa Rosada, entre el 18 de mayo hasta el 18 de junio se aplicaron 7.643.753 dosis, con un promedio diario de 239.575 inoculaciones, mientras que en ese lapso arribaron a la Argentina 7.979.000 vacunas.
Con el cierre del nuevo contrato con Sinopharm por 24 millones de dosis para los próximos tres meses, la capacidad operativa se volvería a exigir para dar un nuevo salto en la cantidad de vacunados.
En el Gobierno asumen que la variante Delta, tarde o temprano, ingresará al país. Lo que deben hacer es demorar ese ingreso todo lo posible. El objetivo de máxima sería lograr bloquearlo durante el invierno y avanzar en la vacunación en los próximos dos meses. Para demorarlo la clave pasa por dos medidas: los controles estrictos en el ingreso al país y el cumplimiento efectivo de la cuarentena obligatoria para las personas que regresan a la Argentina, publica Infobae.
Por el momento solo hubo 3 casos de la variable Delta que fueron detectados en pasajeros que ingresaban al país a través del Aeropuerto de Ezeiza. En ese contexto, desde el Ministerio de Salud le insistieron a los funcionarios de todas las provincias que aumenten y profundicen los controles de las personas que deben cumplir el aislamiento de una semana luego de arribar al país.
El aumento de casos con la cepa Delta cambiaron la perspectiva del escenario sanitario que tenía el Gobierno. Si el virus se infiltra en pleno invierno el rebrote de casos sería muy difícil de controlar. Las autoridades saben que la principal puerta de entrada es Ezeiza. Por eso las fronteras continúan cerradas al turismo y todo aquel que no sea argentino y quiera ingresar al país con el propósito de hacer turismo no podrá hacerlo. Además, en el último DNU continúan suspendidos los vuelos provenientes de Reino Unido, Irlanda del Norte, Chile, Brasil, India, Turquía y los países africanos.