La muerte de la niña de 8 años en la localidad de Brinkmann, Córdoba, tuvo un nuevo capítulo este lunes cuando el fiscal del caso ordenó la detención de la madre al considerarla partícipe necesario del deceso.
El cuerpo de Aralí Vivas, fue hallado sin vida dentro de la vivienda, tras un grave incendio que dejó el lugar en ruinas. Se pudo constatar que no se trataba de un accidente, sino de un posible crimen.
La fiscalía maneja la hipótesis de que la pareja de la madre de la niña, quien recientemente había sido condenado por violencia de género, pero continuaba en libertad, habría asesinado a la menor.
De forma paralela, un segundo hombre, amigo del principal acusado, también fue detenido tras ser visto en las inmediaciones de la vivienda en el momento del suceso. La fiscalía investiga su posible implicación en el asesinato.
Este lunes el fiscal del caso, Oscar Gieco, ordenó la detención de la madre de Aralí, Rocío. Se trata de Milagros Rauch, de 28 años, bajo la figura de “homicidio calificado por el vínculo en calidad de partícipe necesario, debido a una presunta omisión de cuidado”.
Además, se investiga la posibilidad de que las imputaciones puedan cambiar, considerando incluso la figura de homicidio criminis causae, que se aplica cuando se mata para asegurar la impunidad. La sospecha de omisión de cuidado sigue siendo un elemento clave.
Según señalaron fuentes cercanas al caso, la madre de la menor, habría estado en otra vivienda con otra persona durante varios días.
La cruda realidad familiar de la nena asesinada
Córdoba no sale del espanto por la muerte de Aralí Vivas, la nena de ocho años asesinada en su casa de la localidad de Brinkmann. Con su madre, su padrastro y un amigo de este último detenidos, acusados de homicidio, amigas de la abuela de la niña brindaron detalles estremecedores de la cruda realidad familiar.
“Le quitaron tres veces los niños. Se los volvieron a dar, pero nunca estuvo apta para tener a los niños. Ella es una persona adicta, no dejó nunca la droga”, expresaron a Telenoche en relación a Rocío Milagros Rauch, que en la tarde del lunes fue aprehendida.
En la misma línea, agregaron: “Tíos de parte del padre, tías por parte de la mamá, la abuela, todos lucharon por los niños. Para quienes hacían el seguimiento la madre estaba apta”.
A su vez, las vecinas contaron que cuando los familiares reclamaban en la comisaría por las malas condiciones de los nenes, les decían que había una asistente social y un psicólogo a cargo.
“En mi casa pasan cosas feas y no podemos hablar”
Con respecto al hermano de la nena asesinada, una de las vecinas contó: “El nene dijo ‘en mi casa pasan cosas feas y no podemos hablar’”.
Además, contó que ambos niños iban a una escuelita de fútbol en donde también les servían la merienda. Los padres a cargo de las clases contaban que “cuando tenía que volver a su casa Aralí se orinaba encima”.
Reacción escalofriante
Al enterarse que la planta alta de la casa donde vivía Aralí se prendía fuego, una de las vecinas se dirigió hasta el lugar y en el camino se cruzó al padrastro, Matías Simeone, que le dijo que su pareja estaba en San Francisco, cuando en realidad se encontraba en Morteros. “La puse en penitencia”, expresó el hombre de 33 años cuando la mujer le preguntó por la nena.
“Llegó la mamá de Morteros en remis y traía al bebé de dos meses. Dijo: ‘¿dónde está Arali?’ y se pusieron a besarse y a fumar. Esas fueron las reacciones de la madre y del padrastro”, sentenció. (Con información de El Doce e Infobae)