Como cada año, el tercer sábado de septiembre ―21 en esta ocasión― se celebra el Día Mundial del Donante de Médula Ósea, una iniciativa de la World Marrow Donors Association (WMDA) que busca agradecer a todos los donantes del mundo por su solidaridad y, a la vez, sensibilizar a la población general sobre la importancia de donar médula ósea ―es decir, células madre o células progenitoras hematopoyéticas―, un gesto que ayuda a salvar vidas.
Donar células madre es un procedimiento simple y sin mayores riesgos que hace posible el trasplante de médula ósea en pacientes que transitan enfermedades complejas, por ejemplo, “patologías oncohematológicas como leucemias, linfomas y mielomas, también aplasias medulares, inmunodeficiencias congénitas y tumores germinales”, en palabras de la doctora María Marta Rivas, jefa del servicio de Hematología del Hospital Universitario Austral, el centro de salud con mayor volumen de trasplantes hematopoyéticos en el AMBA, que realiza unos 100 trasplantes de médula ósea por año a pacientes pediátricos y adultos.
Contrario a lo que muchos creen, donar médula ósea no es dificultoso ni peligroso ni invasivo, mucho menos doloroso. “En verdad, el procedimiento es prácticamente indoloro y muy sencillo, parecido a sacarse sangre. El donante está despierto todo el tiempo y, en tanto se estimula previamente su producción de células hematopoyéticas, queda con tanta médula ósea como antes de iniciar el proceso”, detalla la doctora Rivas.
Cuenta la especialista que inscribirse en el Registro Nacional de Donantes Voluntarios de CPH (Células Progenitoras Hematopoyéticas) es un acto simple, voluntario y altruista que les brinda una oportunidad a los pacientes que no tienen donante compatible en su familia. O sea, la amplia mayoría: a diferencia de lo que habitualmente se piensa, 3 de cada 4 personas que requieren un trasplante de células madre no tienen un donante compatible en su círculo familiar y necesitan un donante no emparentado. Así lo informa el INCUCAI, en cuya web se menciona además que no existe una lista de espera para trasplante de médula ósea porque “por el tipo de enfermedad, los pacientes con indicación de trasplante de células madre no pueden esperar”.
Lo que sí existe es el mentado “Registro Nacional de Donantes Voluntarios de CPH que posee más de 330.000 donantes registrados a nivel nacional, y que forma parte de la Red Internacional World Marrow Donor Association (WMDA), que actualmente cuenta con más de 40 millones de personas anotadas en distintos países”, pormenoriza María Marta Rivas.
La importancia de sumarse salta a la vista: cuantas más personas haya inscriptas, más altas son las chances de encontrar un donante compatible, lo cual no siempre es sencillo.
Un dato clave: la donación de médula ósea se rige por el principio de solidaridad internacional; toda persona inscripta está dispuesta a donar CPH a cualquier persona del mundo que lo necesite. Y no, esto no significa que ni el paciente ni el donante deban viajar: son las células extraídas las que se trasladan, y de todo se ocupa el INCUCAI.
Para estar inscripto en el Registro Nacional de Donantes de CPH hay que donar una unidad de sangre y completar un formulario con información de contacto. Se pueden anotar personas de 18 a 40 años que gocen de buena salud, pesen más de 50 kilos, no tengan antecedentes de enfermedades cardíacas, hepáticas o infectocontagiosas, y puedan donar sangre. “Estar anotado no implica que haya obligatoriedad. Se puede cambiar de parecer cuando se desee”, derriba otro mito la doctora Rivas del Hospital Universitario Austral.