Una multitud de fieles participó de las celebraciones centrales por el 124º aniversario de la coronación pontificia de la imagen de Nuestra Señora de Itatí, que se realizó ayer en la basílica mariana de esa localidad correntina.
En ese marco festivo, el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, abrió el Año Vocacional Arquidiocesano, que se extenderá hasta el 16 de julio de 2025, y será un tiempo para orar y pedir por las vocaciones sacerdotales y religiosas.
Miles de peregrinos fueron testigos del encuentro entre María de Itatí con la Virgen de Caacupé, en la procesión náutica. Luego del desembarco de las imágenes, se realizó la procesión hasta la basílica.
Allí el arzobispo correntino presidió la misa solemne concelebrada por el rector del santuario, padre Porfirio Ramírez FDP; el párroco de San Luis del Palmar, padre Epifanio Barrios FDP; el padre Eldo Musso FDP, superior provincial de la Obra de Don Orione; y otros sacerdotes.
A esa celebración asistieron, entre otros fieles, autoridades de la provincia de Corrientes, el Municipio de Itatí y de las localidades paraguayas vecinas.
La homilía de monseñor Stanovnik fue para dar gracias a la Madre de Itatí por haber cuidado del fiel pueblo correntino y para suplicarle que escuche los ruegos de sus hijos.
"Hoy te queremos dar gracias, querida Virgencita, porque nos cuidaste y ayudaste a no perder la fe y la esperanza, en medio de tantas angustias y sufrimientos que nos afligen diariamente", expresó.
"Ponemos en tu corazón de madre a todos los niños y niñas que sufren, especialmente te encomendamos a Loan", puntualizó, y rogó: "Que allí donde esté, lo abraces; necesitamos saber qué pasó con él y, sobre todo, que vuelva a estar con su familia y con sus amigos".
El arzobispo correntino también le pidió a la Virgen que "abraces a nuestros abuelos y personas mayores; que estés presente en nuestros barrios donde no alcanza la comida, el abrigo, el medicamento".
"Te confiamos, queridísima Madre, a muchas personas que se desviven por hacer tantas veces lo imposible para mitigar la desolación y aliviar las penurias. Te suplicamos que no nos abandones y que nos sostengas, para que estemos más cerca unos de otros y, juntos, muy atentos a los que más sufren", agregó.
"Queremos poner, en el maternal hueco de tus manos, también a nuestra provincia y a nuestra patria: necesitamos tanto la sabiduría de tu Divino Hijo para aprender a encontrarnos, escucharnos, tenernos paciencia y no descartar a nadie", pidió además, y prosiguió: "Te suplicamos que ablandes el corazón de los que más tienen, para que compartan con aquellos que la están pasando mal; y el corazón de aquellos que tienen mayores posibilidades de generar trabajo, para que sean generosos y arriesguen en favor de los que quedaron al margen de poder ganarse el sustento dignamente".
"Una vez más te decimos: 'No deseches ahora las súplicas de estos tus hijos, que humildemente recurrimos a vos'", insistió en pedirle.
Monseñor Stanovnik aseguró que "el dulce nombre de María de Itatí, que hemos pronunciado tantas veces durante esta jornada dedicada a ella, nos hace sentir a Dios muy cerca, y su presencia nos colma de paz y nos da fuerza para continuar en el camino del bien, del amor a Dios y al prójimo".
"Nos encomendamos a ella, sabiendo que su tierno corazón de Madre jamás desecha las súplicas de sus hijos, que humildemente juntan sus manos y se confían plenamente a ella", concluyó.