El crecimiento de los contagios de Covid-19 empieza a impactar en el sistema de salud, donde se observan con preocupación señales que muestran un escenario complejo. De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud de la provincia, las camas críticas en los hospitales rosarinos ya están ocupadas en un 85 por ciento. En el sector privado, según el relevamiento de la Asociación de Clínicas y Sanatorios, el nivel de ocupación de las terapias de adultos alcanza al 76 por ciento. Funcionarios y profesionales de la salud piden a la población respetar las medidas de prevención “para evitar el colapso del sistema de salud”.
La situación de las unidades de terapia intensiva hospitalarias fue uno de los indicadores seguidos de cerca desde el comienzo de la pandemia. La primera ola fue casi una carrera contrarreloj para dotar de infraestructura a los centros de salud; el nuevo brote de la enfermedad enfrenta al sistema con otro problema: la celeridad del crecimiento de los contagios.
De acuerdo a los últimos informes sobre la situación del Covid-19 elaborados por la Secretaría de Salud Pública municipal, al finalizar la primera semana del mes, la ocupación de las camas críticas de adultos, promediando el sector privado con el público, se encontraba en el 60 por ciento. Un número similar a la media del país considerada en el 58 %.
La semana pasada, el porcentaje de camas ocupadas en las terapias intensivas alcanzó al 72 por ciento, de acuerdo a datos del municipio.
El alza también se sintió en el sector privado. Según el relevamiento que a diario publica la Asociación de Clínicas y Sanatorios, en los sanatorios privados las unidades de cuidados críticos están trabajando a un 76 por ciento de su capacidad. Hace 7 días, este porcentaje era del 54 por ciento. El salto se explica por el crecimiento de los casos de Covid-19, pero también de otras patologías.
Preocupados
“Estamos muy preocupados porque en esta segunda ola los contagios tienen mucha más celeridad que en la primera. Entonces hay más contagios, más enfermos, más necesidad del sistema de salud y más señales que nos advierten sobre un posible colapso”, señala Rodrigo Mediavilla, director del tercer nivel del Ministerio de Salud de la provincia.
El funcionario identificó tres localidades de la provincia donde la disponibilidad de camas críticas “empieza a fraguar”. En Rafaela, el nivel de ocupación se encuentra en el 90 por ciento y en Rosario está al 85 por ciento. Los hospitales de la ciudad de Santa Fe tienen sus terapias ocupadas al 70 por ciento.
Estas cifras comenzaron a subir en las últimas semanas a partir del crecimiento de casos registrados a mediados de marzo y, sobre todo, tras el regreso de las vacaciones de Semana Santa. “En los sanatorios privados pasa lo mismo, están creciendo las internaciones en camas Covid”, señala Mediavilla.
Y advierte que, a diferencia del primer brote de las infecciones, existe un altísimo porcentaje de ocupación de camas críticas por patologías diferentes al coronavirus (ya que en los meses de verano se atendió la demanda de operaciones que se habían postergado por la pandemia) y también llegó a un límite la posibilidad de ampliar los servicios por la falta de profesionales capacitados para brindar los cuidados que necesitan los pacientes que ingresan a las unidades de terapia.
El plan de contingencia
A fines de marzo, el Ministerio de Salud provincial decidió suspender las cirugías programadas en sus hospitales. La medida buscaba, justamente, descomprimir la demanda de internación en unidades de cuidados críticos.
Según el plan de contingencia acordado con las autoridades sanitarias nacionales, los directores de los hospitales comenzaron a trasladar al personal de quirófanos hacia las unidades de terapia, para reforzar la dotación.
Si sigue creciendo la cantidad de pacientes, el siguiente paso será transformar las áreas de quirófano en lugares de internación; una alternativa a la que se echó mano en el pico de la pandemia sólo en Venado Tuerto y en el Hospital Iturraspe de la ciudad de Santa Fe.
Para Mediavilla, la situación es compleja. “Recién empezamos a transitar la segunda ola y el sistema de salud está complicado”, asegura y vuelve a reclamar a la población que respete las recomendaciones para evitar transmitir el virus.
“Si la gente no toma conciencia y seguimos con niveles tan altos de contagios, vamos a colapsar, como sucedió en Europa o en países vecinos como Brasil o Chile. En este segundo brote, la gente está muy relajada, no hace caso a las restricciones, no se está dimensionando la gravedad del problema, porque si el sistema colapsa no va a haber camas para nadie”. (La Capital)